LA ESTRUCTURA INTERNA Y CIENTÍFICA DE LA EDUCACIÓN FÍSICA. SU EPISTEMOLOGÍA.

Maestro de Enseñanza Primaria – Licenciado en Educación Física – Licenciado en Geografía e Historia – Doctor en Historia Contemporánea. Catedrático de Universidad. Líneas de Investigación: Didáctica de la Educación Física. Producción Materiales Didácticos. Historia, Política y Filosofía del Deporte. Formación del Profesorado. Fundador de La European Union Physical Education Associations (EUPEA) Comité de Expertos del Consejo de Europa. Coordinador del Foro Hispanomexicano de la Educación Física y el Deporte.

LA ESTRUCTURA INTERNA Y CIENTÍFICA DE LA EDUCACIÓN FÍSICA. SU EPISTEMOLOGÍA.

Como una ciencia nueva que es,  la Educación Física adolece de una falta de identidad científica que le lleva, en ocasiones, a apartarse de sus propias señas de identidad y a confundirse, bajo una pretendida cientificidad, con aquellas otras ciencias de las que ha tomado préstamos científicos o metodológicos no siempre justificados.

De otro lado, su origen popular y su vinculación, incluso semántica en ocasiones, al fenómeno deportivo, ha contribuido a ese limbo de indefinición actual y a la crisis de identidad de la educación física que puede apreciarse en todo el mundo y de la que es preciso salir cuanto antes.

Desde que F. Ferrier (1808-1864), a quien se atribuye la invención del término epistemología para designar la doctrina sobre la validez del conocimiento, y que no era sino el rebautizamiento de la Erkenntnistheorie,  nombre con el que los filósofos alemanes habían venido llamando a la ciencia del conocimiento, el termino, que fue acuñado con fortuna en el área lingüística sajona, reinvade, con pujante poderío, el ámbito del castellano para designar lo que se solía denominar noseología; sea como fuere, todas ellas tratan de expresar un contenido cual es, la teoría del conocimiento científico que investiga la rectitud de los métodos y procedimientos de cada ciencia o pensamiento científico en general.

Así las cosas, y por seguir el discurso de la definición, cabría plantear en primer lugar la naturaleza científica de la educación física; en las últimas décadas, y en línea con la progresión creciente del fenómeno, se ha tratado de asegurar no solo un contenido científico a esta materia, sino de reducirla a un proceso solo inteligible desde una óptica de análisis pormenorizado y experimental del hecho.

Estas distintas tendencias, nos han llevado a dudar de nuestra propia identidad, algunas veces, y en otras, a abrazar  teorías o tesis que solo cubren parcelas concretas y determinadas, hecho que no hace sino contribuir a fomentar nuestra propia confusión.

El concepto de ciencia mas extendido y universalmente aceptado, es el que nos la define como un conjunto sistemático de verdades aceptadas como tales por la comunidad científica; una segunda apreciación del término, las clasificaría en experimentales y no experimentales.

Nos planteamos en primer lugar una ubicación de nuestra disciplina en relación con esta definición, hecho que sin duda trae la complicación añadida de definir el objeto y contenido  de la Educación Física. Una definición enciclopédica del término, sostieneque:

…la Educación Física es el sistema de formación integral que trata de armonizar la interacción entre el espíritu y el cuerpo, atendiendo muy especialmente al desarrollo y cuidado de este, dentro del binomio espacio-tiempo.

Situándonos en tiempo real, el reciente ordenamiento legal para la educación en España, la define diciendo:[1]

…Aunque por el momento está lejos de constituir una aproximación epistemológica unificada existe ya una corriente o enfoque teórico que trata de integrar los diferentes conocimientos en una Ciencia de la Acción Motriz, mas adelante, señala, Desde el Área de Educación Física se intenta educar  las capacidades motrices de los alumnos……La enseñanza en esta área implica tanto mejorar las posibilidades de acción de los alumnos, como propiciar la reflexión sobre la finalidad, sentido y efectos de la acción misma……………..    Sin embargo, el planteamiento general del área de Educación Física reconoce el cuerpo y el movimiento como ejes básicos de la acción educativa. (Sic)

Como punto referencial, en relación con lo anterior, resulta interesante citar aquí, otra fuente[2], sin entrar en la parte del discurso político propio de la época, define la Educación Física diciendo: 

Desde el punto de vista de la pedagogía, la Educación Física es un punto principal para la educación general. El individuo se educa física, moral e intelectualmente. El cuerpo y el espíritu se desarrollan siguiendo un ritmo común, presentando particularidades y manifestaciones  propias a cada estado y toda desviación o predominio de una de las tres partes del todo que forma el organismo humano da un desequilibrio, y por tanto una anormalidad en el individuo., mas adelante sostiene que:La Educación Física está basada absolutamente en partes científicas………………….  pero también puede ser considerada la Educación Física como un arte al ser obra de Educación.( Sic.)  

No parece, a la vista de las definiciones y consideraciones precedentes, existir gran disparidad en la consideración de la Educación Físicacomo medio de educación coadyuvante al proceso de educación integral, si bien, ha de destacarse, en todos los casos, una óptica unívoca de orientación educativa.

Los cuestionamientos, a propósito de la cientificidad o no de la Educación Física, han de plantearse desde  un proceso de análisis del fenómeno Educación Física en su totalidad: desde distintos ángulos, bajo distintas consideraciones, desde las distintas apreciaciones que pueden hacerse según la teleología subyacente en la interpretación del término.

El concepto Educación Física desde la cultura popular:

Desde un planteamiento de la cultura popular, el término educación física corre suerte pareja con el de deporte; el haber aparecido, normalmente, asociados y enunciados juntos, sin matizar ni delimitar las diferencias, hace que se metan en el mismo saco ambas cosas y que la idea que se tiene de ellas no sea la de procedimiento, la de método o la de fin. La idea generalmente extendida es la de condición necesaria. Así,  para la mayoría de los ciudadanos, podríamos decir que: la  Educación Física y Deporte es  la acción por la cual se mejora la condición física, sin que tras esta aseveración, pueda articularse otro razonamiento que el de la bonanza o saludabilidad de la acción útil de la práctica.

Otro sí puede plantearse: la falta de calidad o ineficacia, en su caso, de la acción útil y eficaz en el deporte es, normalmente, achacada a una falta de educación física, con lo cual, vendría a quedar claro, que aparece confundida, en este caso, con la acción o efecto del entrenamiento.

Una apreciación pretendidamente culta llevaría a enunciar inmediatamente después del concepto educación física, el mens sana in corpore sano, con lo cual, y dada la culta latinidad del término, el académico o el político,  salvan su ignorancia para caer de lleno en el cúmulo de errores que prodigan la confusión popular sobre nuestra disciplina, no se verían obligados a definirse sobre cualquier otra ciencia o técnica, pero: ¿como van a expresarse o a aparecer ignorantes sobre la educación física?.

Desde estas perspectivas, y teniendo en cuenta lo espontáneo de la actividad motriz como condición necesaria para el desarrollo del ser humano, resulta lógico admitir la presencia de educadores físicos voluntarios desde las mas variadas situaciones; enseñar a caminar a un bebé, que duda cabe que es un proceso de educación física, igual que la enseñanza de un juego popular de contenido motriz, o de una danza del pueblo que nos identifica como pertenecientes a una cultura concreta. En este sentido, no debe parecernos descabellada la presencia de: educadores físicos, entrenadores, etc. no cualificados, pedagógicamente, gozando del beneplácito general.

La Educación Física, desde este punto de vista, es un conocimiento acientífico, en el que el acceso a la condición de educador o de experto en esta disciplina, no viene avalado por la posesión de conocimientos, sino por el dominio de habilidades motrices en unos casos, o por las vivencias e historial deportivo reconocido en otros.[3]

La confusión de la naturaleza de los estudios, con el lugar donde estos se producen revela, bien a las claras, la indefinición de los mismos, la inadecuación de los programas y la confusión ideológica y teleológica existente, así como la carencia de una idea directriz de formación del futuro profesional. La nueva denominación de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, no han servido más que para contribuir a aumentar la confusión ya que, en pura lógica, las Ciencias de la Actividad Física y del Deporte son todas aquellas que funcionan como complementarias, auxiliares o coadyuvantes: Anatomía, Fisiología, Biología, Física, Pedagogía, Psicología, etc. por lo que, los postgraduados de esta nueva denominación deberían ser especialistas en todas ellas y, este no es el caso. Cuando tras un análisis detenido de los estudios que componen esta denominación, intuimos cual puede ser el dominio científico de la denominación Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, la idea de ciencia aplicada destaca sobre cualquier otra consideración posible y en la que la educación física aparecería como un campo que se mantiene, deliberadamente indefinido y como recurrente a efectos laborales, en el caso, más que probable, del imposible acceso a los otros perfiles que se ofrecen en estos estudios. La consideración y valoración del perfil educación física, por el contrario, aparece mucho más definida y valorada en los desaparecidos estudios del Grado de Maestro de Educación Física en los que aparecía con un sentido más neto y correcto, por lo que, la progresión científica y académica de la educación física desde estos estudios era, por el momento, la más adecuada.

Volviendo al tema que nos ocupa de la epistemología, o noseología de la Educación Física desde un punto de vista popular, no parece estar clara la existencia de una teoría científica de su conocimiento, antes al contrario, el ciudadano común, de facto abogaría y así suele hacerlo con cierta frecuencia, por un conocimiento basado en el uso y la costumbre. En gran medida, la práctica de la Educación Física y del Deporte en el momento actual en España, tienen más de consuetudinario que de teoría o aprendizaje científico y sistemático.  De hecho, el escasísimo número de Licenciados en Educación Física ó en Ciencias del Deporte en puestos de responsabilidad como técnicos deportivos en las divisiones de honor, o en puestos de responsabilidad política y decisoria sobre el particular es ciertamente revelador de la nula valoración social de los conocimientos científicos de la propia disciplina y sobre la capacidad profesional que se supone en estos profesionales.

En este punto, sería asumible una epistemología sobre la formación del concepto socio-cultural de Educación Física, y de las consecuencias que este tiene como realidad repercutible en el concepto general de la disciplina y en sus señas de identidad.

La formación de una idea de ciencia de la Educación Física:

A pesar de nuestro empeño en ver reflejada la disciplina en la antigüedad clásica, parece estar claro, que a excepción de las teorías de Platón sobre la Educación Física, discutibles por otra parte, y de la sistematización de las actividades corporales planteadas en la obra de Alfonso X el Sabio,[4] la intencionalidad educativa y el criterio científico de las actividades físicas en estas épocas, está por demostrar.

A pesar de que a lo largo de la historia de la humanidad el estudio del cuerpo humano haya sido constante, lo ha sido más como objeto de curiosidad, de admiración o interés científico en si mismo, como sujeto pasivo de la ciencia, nunca con el deseo de mejorar sus capacidades o su desarrollo, este hecho, que acreditaría la cientificidad de la educación física, no se constata hasta bien entrado el siglo XVII. Según Vigarello[5] la educación física, tal como la conocemos, tiene su origen en las técnicas de enderezamiento, y en las pedagogías de la postura iniciadas en los siglos XVII y XVIII, y  que fue N. Andry con la difusión de su Ortopedia en 1741 el que fijó las condiciones mínimas para su práctica.

El nacimiento de la educación física como hecho intencional y sistemático, está claramente relacionado con dos aspectos distintos pero concurrentes, de una parte estarían las razones de tipo médico e higiénico como consecuencia de avances notables en las ciencias de la salud y, de otra, el establecimiento del adiestramiento corporal como consecuencia de una nueva idea de la organización militar y de la preparación del soldado en la que se considera esencial la instrucción física basada en el orden, la disciplina y el empleo ordenado de las armas, cuyo común denominador es el adiestramiento físico. La secularización y la democratización de la enseñanza son, igualmente, los otros dos pilares esenciales sobre los que se construye la educación física.

Desde el momento de la aparición de las técnicas educativas intencionales para la mejora y la utilidad de las actividades físicas, hasta el momento de la explosión científica entorno a la educación física y el deporte, hay un lento caminar, casi aletargado, que tiene que ver con dificultades económicas del mundo de guerras y entre guerras, con la evolución de las ciencias de la educación y con el concepto de educación en sí mismo.

Por otra parte, el acceso generalizado de los ciudadanos a la educación al ser considerada esta un derecho fundamental en el mundo occidental, supone también el planteamiento de la extensión del beneficio de la educación física y la necesidad de articular y desarrollar su práctica conforme a una serie de principios de validez y extensión universal.

La aplicación de las ciencias biomédicas a la actividad física, con la idea de mejora de los rendimientos, la generalización de los procesos informáticos y automáticos a todos los ordenes de la vida; junto con la aparición de una espiral económica en torno al deporte, han hecho aparecer una serie de corrientes donde la reducción de la actividad física a problemas esencialmente matemáticos, físicos o bioquímicos es el denominador común.

La aparición de determinadas obras,[6] la intención desde principios de los setenta de cambiar el nombre de las instituciones de formación, suponen el reduccionismo a la categoría de ciencia única, experimental y matematizable, de algo que no es sino un fenómeno humano y, como tal, sujeto a todas las variables de las ciencias antropocéntricas. En el fondo, en estas ideas o intentos de acercamiento a las ciencias puras o experimentales, subyace el complejo de inferioridad no declarado que afecta a toda nueva disciplina que aspira a integrarse dentro del panteón de las ciencias universalmente aceptadas, cuando no, la miopía o la estrechez de miras al contemplar sesgadamente el fenómeno.

El efecto péndulo también ha hecho su aparición en forma de pretendido asistematismo en la práctica planteada desde la actividad motriz espontánea, la cual, viene a su vez respaldada por una amplia teoría, también científica, procedente del campo de la psicología y del psicoanálisis.

La cientificidad de la Educación Física:

A la hora de establecer el conjunto sistemático de verdades que constituirían la ciencia de la Educación Física, ha de aclararse, suficientemente, el fin y objeto de la disciplina. En este sentido, podemos apreciar como en las definiciones tratadas anteriormente, aparece una especie de hilo argumental, en el cual, el objetivo esencial sería la educación integral del ciudadano de la que se desglosa, como parte importante a considerar, la educación física o educación de lo físico, unas veces entendida como medio coadyuvante al proceso general, y otras como una parcela independiente cuya trabazón con el objetivo principal no aparece suficientemente aclarada. En este sentido resulta clarificador, por ejemplo, que la Ley de Educación de 1970, dejara aparcado en su Artº 136-3 la definición y desarrollo de esta parcela de la educación, sometida en aquel momento a una importante controversia sobre su rentabilidad política y su utilización con fines diversos por el sistema político gobernante.

El primer punto a la hora de determinar el carácter científico de la disciplina es la necesidad de ubicar la Educación Física en el contexto general de las ciencias. Pese a los esfuerzos realizados en los últimos años por determinadas corrientes, resulta, imposible e inadecuado situarla entre las ciencias exactas o experimentales. La naturaleza humana, la propia calidad de ser y sentirse hombre o mujer, repugna al hecho igualatorio y homogeneizante que requiere cualquier proceso científico experimental donde la condición de igualdad de todos los elementos es necesaria e insustituible para la realización de las comprobaciones científicas y establecer las diferencias entre los métodos y los procedimientos empleados. La dificultad, en este caso, viene planteada por la imposibilidad de encontrar leyes científicas que se cumplan de forma exacta al aplicar, a todos y cada uno de los sujetos, las condiciones del experimento.

Tras la señalada dificultad de encontrar y realizar comprobaciones inter-sujetivas fiables, la Educación Física estaría situada fuera del ámbito de las ciencias exactas y experimentales y, por tanto, entre las ciencias teóricas o especulativas. Sin embargo, hemos de resistirnos a la denominación Educación Física Ciencia, tras las notables discusiones habidas sobre el nombre mismo y, consecuentes con la idea de Fray Luis de León,[7] en cuanto que la propia denominación no es homogénea en la idea del colectivo y respondería más a una designación convenida por extensión del término que a la denominación de verdades y/o valores de aceptación universal, resulta difícil hablar de una epistemología definida como teoría del conocimiento científico, que investigue los métodos y procedimientos de una ciencia llamada Educación Física, cuyos planteamientos no observan un criterio unificado en su propia comunidad de científicos, entendemos que:

La Educación Física, más que una ciencia en si misma, es un proceso aglutinador de saberes científicos que inciden sobre un aspecto importante de la condición humana, y cuya instrumentación y aplicación metodológica es susceptible de modificar capacidades y/o aspectos del desarrollo y de la evolución.

Desde este punto de vista, el profesional responsable de propiciar y llevar a cabo esta educación se convierte en un elemento catalizador con capacidad de síntesis, cuya principal virtud, estará en escoger de cada una de las ciencias convergentes aquellos conocimientos, reglas o principios que en cada caso sean de aplicación.

El problema, en el proceso de enseñar educación física, está siempre en relación con esa capacidad de síntesis y con la profundidad de los conocimientos que se posean de cada una de las ciencias. Los desconocimientos de algunas o de partes de estas ciencias y de su incidencia en el proceso educativo, motivarán desequilibrios en la formación del educando. De la misma forma, el empleo intencional predominante de unas sobre otras, definirán una orientación educativa con consecuencias repercutibles en la educación integral que perseguimos y que afecta al modelo educativo y a la didáctica de la educación física y del deporte.

La inexistencia de un corpus doctrinae, que advertía en su día,[8] sigue pesando como una losa sobre el propio concepto de la disciplina. El estudio de los distintos currículos nacionales de la Unión Europea, realizados en los Foros Internacionales de EUPEA y en la comisión del Euromaster –EMPE- viene a confirmar, no solo la inexistencia de ese corpus doctrinae aludido, sino la pervivencia de las viejas escuelas nacionales de educación física y de sus desarrollos y evoluciones posteriores. No existe, en este momento, una teleología concordante en cuanto a la educación física en Europa lo que obliga a replantear, una vez mas, el concepto de la Educación Física como ciencia, ya que, las ciencias, o son universales o no son otra cosa que mera praxis o, en todo caso, corrientes de opinión.

Aproximación a una Epistemología de la Educación Física.

Para entrar en la posibilidad de una epistemología de la educación física, es preciso realizar un proceso de abstracción sobre las características y sobre las razones que, independientemente de los métodos, se aglutinan en el modus operandi llamado Educación Física. El principal argumento que se nos presenta está centrado en el objeto de la disciplina. En este sentido, podríamos esbozar una definición a modo, asumible por lo general, que vendría a decir que:

La Educación Física atiende a procurar la mejora de las capacidades del ser humano con especial atención a su salud y a la mejora de su calidad y esperanza de vida.

Desde este concepto, nos encontraremos con dos tipos de ciencias: las que tratan e investigan las características constitutivas, el soporte material humano, por una parte, y las que tratan de su evolución en cuanto a la calidad o condición humana del ser. En el primer caso incluiremos a las ciencias experimentales plenamente definidas como: la bioquímica, la anatomía, la fisiología, y todas las del campo de la medicina, definidas como ciencias de la salud y, en el segundo, las procedentes del campo de la psicología, la educación, las ciencias sociales, etc… Utilizando una definición consolidada, posible punto de partida de una actitud u horizonte ideológico, encontramos las siguientes:[9]

…..una gimnasia que, mediante la combinación de ejercicios racionales, persigue como único fin el perfeccionamiento físico del hombre, como base indispensable para la actividad intelectual y moral, …………………..La gimnasia es un medio de Educación Física de los que emplean como agente único o preponderante el movimiento muscular activo con las características de ser racional (voluntario o automático), metódico y progresivo. (Sic).

En este otro caso, se produce una especificación notable: perfeccionamiento físico como base de la actividad intelectual y moral, con lo que además del platonismo claro de la idea, se añade el empleo del movimiento muscular activo como característica del método. Aquí, solo importa el perfeccionamiento de lo material como premisa y condición necesaria o favorecedora de lo espiritual que se presume como teleología subyacente, en cuanto a la idea del método a emplear, movimiento muscular activo, es definitoria y determinante de lo que entendemos como Educación Física.

Realmente, no existe un punto de ruptura a lo largo del tiempo en la consideración del método educativo basado en el movimiento como factor educativo, hay, prácticamente sin solución de continuidad, una línea de pensamiento metodológico que establece la Educación Física como un arte fundamentado en una concepción del movimiento como medio de educación; bien es verdad, que esta concepción se  corresponde, normalmente, con el enfoque mecanicista y utilitario de la Educación Física, pero, en gran medida, es también compartida por las corrientes que se asientan en principios psicologísticos y  globalistas.[10] 

Podemos establecer por tanto, al tratar de determinar la cientificidad de la Educación Física, que si efectivamente el empleo del movimiento como medio de educación es lo que define y distingue a la disciplina científica conocida como educación física, el objeto de una Epistemología de la Educación Física debe ser  la teoría del conocimiento científico que investiga la rectitud de los métodos y procedimientos que producen u originan ese movimiento pretendidamente educativo.

Llegados a esta conclusión, y teniendo en cuenta la división de ciencias que establecimos al definir la educación física hemos de considerar por tanto, en orden a esta definición, lo siguiente: una epistemología de la educación física debe estudiar la rectitud de los métodos que producen el movimiento desde un punto de vista bioquímico, anatómico, fisiológico, mecánico, funcional, etc., y debe tratar de los métodos que producen el movimiento desde el punto de vista de lo volitivo, de la motivación, de lo social, de lo relacional, etc.

Otra nueva apreciación, ciertamente importante, nace del razonamiento consecuente que nos lleva a plantear que: si lo que define a la Educación Física es el empleo del movimiento como medio de educación, todas aquellas disciplinas o actividades educativas que emplean el movimiento con intención educativa, forman parte de la Educación Física.

Si la epistemología  de la educación física es la teoría del conocimiento científico que investiga la rectitud de los métodos y procedimientos que producen u originan el movimiento con intención educativa, estamos enfrentándonos probablemente a una nueva y gran tarea. La dificultad, en este caso, nace de la falta de tradición científica de la disciplina, de la inexistencia de un corpus doctrinae, plenamente aceptado por la comunidad científica de la educación física, de la falta de delimitación de los ámbitos de acción y de actuación de la educación física, de la confusión generalizada de los objetivos y de los contenidos y, sobre todo, de la carencia de un campo semántico de aceptación universal.

Carecemos, por el momento, de esa teoría del conocimiento científico que permita el estudio de los métodos de la educación física y,  lo que aun es mas grave, no existe una puesta en común sobre esos métodos ni de los estudios que los definan y la adecúen. A título de ejemplo, podríamos aducir que los fracasos en los aprendizajes deportivos en edades tempranas se deben no a las condiciones físicas de los educandos, no a problemas de motivación, sino a inadecuación de los métodos de enseñanza, de empleo metodológico del movimiento como medio de educación y del desenfoque permanente de los fines y objetivos de la educación física.

Es conocida la tendencia del docente a trasmitir los conocimientos en la misma forma en que fueron por él aprendidos. En el caso de la enseñanza de los deportes, el acceso a los conocimientos sobre didáctica aplicada a los mismos, se logra normalmente en la edad adulta. La citada tendencia a reproducir exactamente lo aprendido, lleva a olvidar principios tan importantes como el de la percepción globalizada en la edad infantil y a producir esquemas de trabajo analíticos, y por tanto contraindicados.

Esta crisis metodológica tiene su origen en el proceso de aceleración deportiva que se produce en España, desde finales de los sesenta hasta mediada esta década; la gimnástica sueca tradicional en lo masculino y la neo sueca del método de Elli Börjsten en lo femenino, habían regido de forma hegemónica los destinos de la educación física española. La praxis de esta escuela, que exigía la aplicación del método como condición necesaria, determinaba que la sesión de educación física tuviera una regulación y unos contenidos científica y metodológicamente planificados; como quiera que, el paso de la gimnasia sueca a los métodos naturales se produjo en un momento de confusión técnica y de evolución social en los que a la escuela sueca se la asocia con posturas arcaicas y trasnochadas, el empleo de un método o sistema se entendió como algo caduco y fuera de lugar. Esa evolución de los métodos suecos a una supuesta gimnasia natural, que se hace sin rigor científico, es casi un salto al vacío metodológico, que se produce en un momento, en el que el movimiento deportivo experimenta un proceso de aceleración. La falta de una formación consistente en los principios del nuevo método llevaría a su confusión con un calentamiento previo a la práctica deportiva dentro de la sesión de educación física; esta circunstancia acabó desdibujando la estructura y la metodología de la sesión, para llevarnos al auténtico desierto y a la desorientación metodológica y científica en que nos encontramos, en la que, aparentemente, todo es válido.

Otro factor importante del cambio y de la pérdida del rumbo en la metodología de la educación física, viene motivado por las innovaciones que a finales de los sesenta se incorporan al sistema educativo,  determinantes, en  el fondo y en la forma de concebir el proceso de enseñanza-aprendizaje. La dependencia política y no educativa de la educación física, en ese momento, motivó el que la disciplina quedara marginada de este cambio de mentalidad educativa, primero, y de los movimientos de renovación pedagógica después, sin olvidar la pérdida del tramo de edad en el alumnado de los 10 a los 15 años que influirá poderosamente tanto en los métodos como en la concepción de la disciplina.

Es difícil, en el momento actual, encontrar profesionales de la educación física que puedan contestar de inmediato sobre el método que emplean o con que escuela o corriente pedagógica se identifican. La dinámica de los tiempos, la presión de los criterios de educación deportiva y la escasa información recibida sobre el particular durante el proceso de formación inicial de muchos docentes, hace que se camine a impulsos de la moda o, como mucho, a impulsos viscerales cuando nos encontramos ante los defensores de determinadas ortodoxias.

Habría que decir aquí que es preferible un mal método a ninguno, y también que es planteable la necesidad de un reencuentro con los principios de la didáctica general y aplicada, así como una reflexión profunda sobre el modelo educativo de cada sociedad o institución y el método a seguir en la educación física como disciplina centrada en la generación de hábitos y en la educación en valores, para terminar, en cada caso, con la adecuación del sistema y del planteamiento elegido al ordenamiento legal actualizado sobre los objetivos y contenidos de la educación física escolar.     


[1] M.E.C. : Diseño Curricular Base, Madrid, 1989.

[2] FRENTE DE JUVENTUDES: CARTILLA ESCOLAR DE EDUCACION FISICA. Manual de Educación Física para 1945 – Departamento Nacional de Propaganda – Ediciones Frente de Juventudes – Madrid, 1944

[3] NA: Resulta revelador, en este sentido, que incluso entre los propios estudiantes de Ciencias del Deporte, la confusión sea trágicamente patente. Al ser preguntados por la carrera que estudian, simplemente responderán I.N.E.F., lo que es tanto como si el aprendiz de médico nos contestase que estudia Facultad de Medicina o que el futuro ingeniero nos dijera que estudia Escuela Superior. Consecuentemente, tampoco es difícil encontrar como el postgraduado de nuestra disciplina en España, especialmente en los últimos tiempos, se autodefine como Licenciado en I.N.E.F.

[4] VIZUETE, M.: La actividad corporal en la obra de Alfonso X “el Sabio”, Revista Perspectiva nº 4, I.N.E.F. de León.

[5]  DEFONTAINE, J.: Manual de Reeducación Psicomotriz. Ed. Médica y Técnica – Barcelona, 1978.

[6] LE BOULCH, J.: Vers une science del mouvement humain, Les editions. E.S.F. París, 1978

[7] NA: FRAY LUIS DE LEON  sostiene en cuanto a la significación filosófica del nombre al comienzo de Los nombres de Cristo que los sustantivos son sustitutivos de lo real, y en una idea platónica pura dice que hay nombres que están en el alma y otros que suenan en la boca…, los unos son imágenes por naturaleza y los otros por arte. Es decir, unos son innatos, espirituales, adecuados a sus objetos; otros son las palabras adquiridas por educación y artificio, más o menos fieles a la realidad que designan y cuya adecuación a la realidad no está totalmente garantizada.

[8] VIZUETE, M.: La Educación del Cuerpo como Problema, Actas del VI Congreso Nacional de E.F. de las E.U. de E.G.B., Santa Cruz de Tenerife , 1989.

[9] TRAPIELLA, JL.: Cartilla Gimnástica Infantil, Publicaciones del Directorio Militar, Ministerio de la Guerra- 1923 – 1925. (Atribuible por carecer de firma la publicación, sin embargo, Juan Andrés Toledo compañero y contemporáneo suyo, siempre le atribuyó esta definición)

[10] AMAR, J.: The Human Motor . New York E.P. Company, 1920

     MORAL  GARCIA – Psicomotricidad: Movimiento y Educación, U.N.E.D. Madrid, 1980

     FAY, TEMPLE : The Origin of Human Movement., Amer J. Psychiat., 1952.

     CRATTY, B.J. Movement Behavior and Motor Learning, Lea & Febiger 1973.

     LEGIDO ARCE, J.C.: Inteligencia y Movimiento, Didascalia nº 52 Mayo 1.975. Pág. 14-16

     LE BOULCH, J: Vers une science del mouvement humain, Les editions. E.S.F., Paris, 1978

     SINGER, R.N.: Motor Learning and human perfomance, New York, 1968.

     LE BOULCH,J:. La educación por el movimiento en la edad escolar. Paidos, Buenos Aires, 1969.

    CAGIGAL, J.M.: En torno a la educación por el movimiento. Revista Internacional de Ciencias Sociales nº 2 ,UNESCO  1982.

     DENIS,D.:  El cuerpo enseñado. Paidos. Buenos Aires, 1980. ETC.

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