
Maestro de Enseñanza Primaria – Licenciado en Educación Física – Licenciado en Geografía e Historia – Doctor en Historia Contemporánea. Catedrático de Universidad. Líneas de Investigación: Didáctica de la Educación Física. Producción Materiales Didácticos. Historia, Política y Filosofía del Deporte. Formación del Profesorado. Fundador de La European Union Physical Education Associations (EUPEA) Comité de Expertos del Consejo de Europa. Coordinador del Foro Hispanomexicano de la Educación Física y el Deporte.
Lo corporal en la literatura. La expresión corporal y el Arcipreste de Hita.
Juan Ruiz, conocido como el Arcipreste de Hita, nació en Alcalá de Henares en 1283 y su obra, El libro del buen amor, es una de las cumbres de la literatura española de todos los tiempos. Pretendidamente autobiográfica, destaca su dialéctica entre el amor divino y el amor terrenal, empleando exemplas, cuentos y fábulas con la intención didáctico-moralizante de enseñar deleitando. En relación con su preocupación por lo que se dice con el cuerpo y lo que se entiende o interpreta, hemos de distinguir diferentes partes:
a) El recurso al lenguaje del cuerpo como lenguaje universal: En su obra, el Arcipreste recurre al lenguaje corporal como solución a dos problemas: el de hablar lenguas diferentes pero, sobre todo, al problema que plantea la comunicación entre personas cultas y personas de bajo nivel de conocimientos, en este sentido, lo que se intenta en el poema es poner a los dos dialogantes en un nivel común de comunicación cual es la comunicación por la expresión de signos o señas corporales.
AQUÍ HABLA DE COMO TODO HOMBRE ENTRE SUS CUIDADOS SE DEBE ALEGRAR, Y DE LA DISPUTACIÓN QUE LOS GRIEGOS Y LOS ROMANOS TUVIERON
44. Es palabra de sabio, y díjolo Catón,
que el hombre a los cuidados, que tiene en corazón,
entremezcle placeres y risueña razón,
pues en mucha tristeza muchos pecados son.
45. Y, pues con cosas cuerdas no puede hombre reír,
algunas que otras burlas tendré aquí que injerir;
cuando tú las oyeres no quieras discutir
salvo en la manera del trovar y decir.
46. Entiende bien mis dichos y piensa la sentencia,
no me ocurra contigo como al doctor de Grecia
con el romano vil y su poca sapiencia
cuando demandó Roma a los griegos la ciencia.
47. Ocurrió que romanos leyes no posean,
fuéronlas a pedir a griegos, que tenían;
respondieron los griegos que no las merecían
ni entenderlas podrían, pues tan poco sabían;
48. mas que, si las querían para ellas usar,
primero con sus sabios debían disputar,
por ver si comprendan y podían llevar:
esta respuesta daban por quererse excusar.
49. Respondieron romanos que esto era de su agrado,
y para la disputa pleito hicieron firmado,
mas, porque no entendían lenguaje desusado,
la disputa sera por señas de letrado.
b) El problema del comunicador: El lenguaje corporal sufre, a lo largo de la vida, una paulatina reducción en su empleo y en las posibilidades de interpretación, a medida que los otros lenguajes van siendo más y más familiares y ocupando lo que podemos denominar como el bagaje comunicativo propio, de tal manera que, el lenguaje corporal y la capacidad de expresarse y de entenderlo y entenderse con él es mayor en las personas en las que la presencia de los otros lenguajes es menor, siendo esta una de las razones de mayor empleo del gesto y de la gesticulación expresiva en las personas de menor índice cultural, o en los casos en que tratamos de hacernos entender de personas que hablan una lengua diferente a la propia y que no conocemos. Esta es la razón por la que en el poema, el Arcipreste escoge como comunicador a una persona de escasa educación:
50. Convinieron el día para ellos contender;
los romanos, en cuita, no sabían qué hacer
porque no eran letrados, ni habrían de entender
a los doctores griegos ni su mucho saber.
51. Estando en esta cuita les dijo un ciudadano
que a cualquiera eligiesen, a un bellaco romano;
y que señas hiciese diversas con la mano,
según él lo creyese; fueles consejo sano.
52. A un bellaco se fueron grande y con mucho ardid;
dijéronle: «Con griegos hemos de discutir
y disputar por señas; lo que quieras pedir
nosotros te daremos; líbranos de esta lid.»
53. Vistiéronle muy bien paños de gran valía
como si doctor fuese en la filosofía;
subióse en alta cátedra; con bravuconería:
«Vengan aquí los griegos -dijo- con su porfía.»
c) El problema de lo perceptible o signan: Puestos en el plano de igualdad de posibilidades comunicativas, se intercambian los mensajes corporales que cada uno va a interpretar de forma personal y de acuerdo con su forma de entender el asunto que se trata:
54. Vino entonces un griego, doctor muy esmerado,
escogido entre griegos, entre todos loado;
subióse en otra cátedra, todo el pueblo juntado;
y comenzó sus señas, como estaba tratado.
55. Levantose, allí, el griego, tranquilo, de vagar,
y mostró solo el dedo que está junto al pulgar,
y luego se sentó en el mismo lugar;
levantóse el bellaco, malo de apaciguar.
56. Mostró luego tres dedos hacia el griego extendidos:
el pulgar y otros dos junto a él oprimidos
en manera de arpón, los otros encogidos;
sentose luego el necio, mirando sus vestidos.
57. El griego levantóse, tendió la palma llana,
y luego se sentó con su conciencia sana;
levantóse el bellaco, con fantasía vana,
mostró el puño cerrado, de porfía con gana.
58. A todos los de Grecia les dijo el sabio griego:
«Merecen los romanos leyes, no se las niego.»
Levantáronse todos con paz y con sosiego:
gran honra tuvo Roma por un vil andariego.
c) El problema de lo inteligible o signatus: La inteligibilidad del mensaje expresivo-corporal está siempre en función de dos razones:
1.- El nivel cultural y de razón del que interpreta, y por tanto de su preparación específica para llevar a cabo esta tarea desde las ciencias que la tratan de forma específica.
59. Preguntaron al griego qué fue lo que dijera
por señas al romano, y qué le respondiera:
Le dije que hay un Dios, y el romano que Él era
en tres personas uno, y tal señal hiciera.
60. Yo dije que era todo según su voluntad;
dijo que en su poder tiene el mundo: Es verdad.
Cuando yo vi que entienden, creen la Trinidad,
pensé que merecían de ley seguridad.
61. Preguntan al bellaco cómo fuera su antojo:
«Dijo que con su dedo me quebraría el ojo;
tuve gran pesar de esto y tomé gran enojo,
respondíle con saña, con ira y con sonrojo
62. que yo le quebraría ante todas las gentes
con dos dedos los ojos, con el pulgar los dientes;
dijo luego, tras esto, que le parase mientes,
que a golpes mis oídos pondría retiñentes.
63. Yo respondí que a él daría tal puñalada
que ya en toda su vida la vería vengada.
Cuando vio la pelea tan mal aparejada,
dejó de amenazar a quien no teme nada.»
2.- Las expectativas y la disposición de ánimo de los intercomunicantes.
64. Por eso dice el cuento de la vieja atrevida:
Mala palabra no hay si no es a mal tenida;
verás que bien es dicha si bien es entendida:
entiende bien mi libro, tendrás dueña garrida.
65. La burla que tú oyeres no la tengas por vil,
la manera del libro entiéndela sutil;
saber mal, decir bien, encubierto y gentil?
Tú así no hallarás uno de trovadores mil!
Para concluir hemos de destacar como la expresión humana en sus distintas formas cuya incorporación al currículum de la educación física ha sido saludada desde los tres puntos de vista expuestos: revalorización del patrimonio folklórico, lúdico y motriz; medio de avanzar en la educación para la relación e integración social y dimensión psicopedagógica y terapéutica, precisa de ser evaluada y replanteada su dimensión curricular, especialmente, por cuanto en las tres dimensiones citadas son de avance creciente como demanda social y sus relaciones con la transversalidad de las áreas expresivas no solo son evidentes sino esenciales. De hecho, la expresión tomada desde estas tres dimensiones, se convierte en un sistema de vasos comunicantes en los que la educación social, humanística y cultural de lo lúdico y folklórico, se comunica con los aspectos sociales y de relación y, todos a su vez, se encuentran en las posibilidades integradoras del alumno en su grupo y de todos en el medio social, que pueden generarse desde la expresión corporal y de las posibilidades psicopedagógicas que ofrece.
BIBLIOGRAFÍA:
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Ullmann, S.: Semántica. Introducción a la ciencia del significado. Madrid, 1965
Maravilloso artículo. Mi mejor profesor de la universidad, el que me enseñó a amar incondicionalmente la Psicomotricidad. Gracias por todo
El Ser Humano como especie sociable y capaz de uso de razón así mismo se desenvuelve como un ser en facultad de comunicarse en distintos lenguajes, desde el habla y/o la escritura hasta la expresión corporal y/o artística. Cómo educadores en formación, se nos establece una responsabilidad casi obligatoria de consagrarnos como entendedores multifacéticos y transversales, con el fin de satisfacer las necesidades básicas formativas que serán la base para un correcto y óptimo desarrollo del educando, que a largo plazo formará parte activa de la sociedad, tanto cultural, política y social. Las acciones que afecten al mundo venidero son resultados directos de qué tan bien somos capaces de guiar a nuestros herederos, y para ello es menester saber expresar nuestras intenciones y pensamientos, así como lograr entender aquello que los demás nos quieren compartir.