MANUEL HERNÁNDEZ VÁZQUEZ. PADRE DE LA EDUCACIÓN FÍSICA CONTEMPORÁNEA

Manolo Hernández Vázquez, como lo denominaremos a partir de ahora, es extremeño de nacimiento; nació en Plasencia -Cáceres- en 1944, en el seno de una familia militar, por lo que su infancia estuvo sujeta a los cambios de destino de su padre. La tradición de las familias militares españolas y, su condición de mayor hijo varón, le tenían predeterminada, a su nacimiento, una futura carrera militar, pasando por la Academia General Militar de Zaragoza.

En 1956, su padre se encuentra destinado en Melilla, allí inicia los estudios  de bachillerato y se produce su primer contacto con la profesión de educación física; por lo que si tenemos en cuenta la teoría de Bart Crum, sobre la elección del ejercicio profesional, habremos de considerar, como el propio Manolo sostiene, que la influencia de su profesor de educación física D. Antonio Campoy va ser determinante en su vida personal y profesional futura.

En el Instituto de Enseñanza Media de Melilla, destaca en todas las actividades de educación física; singularmente en gimnasia, balón volea, según la denominación de la época, y bádminton; especialidades que marcarán de forma decisiva su trayectoria profesional, y no solo la suya, sino la de los cientos de profesores y profesoras de educación física que formará tanto en la Escuela Superior de Educación Física de la Academia Nacional José Antonio, como en el Instituto Nacional de Educación Física, INEF, de Madrid.

Contra la voluntad y el deseo paterno, que deseaba para él una carrera militar, en 1962, realiza en Madrid  las pruebas del concurso-oposición para el acceso a la Escuela Superior de Educación Física, obteniendo el número 1; posición que mantendrá durante toda la carrera, terminando como el número 1 de su promoción. Con motivo del XXV aniversario de la institución formadora, y en base a sus méritos, se le concede el ingreso en la Orden de Cisneros en su categoría de Medalla de Oro.

Iniciada su vida profesional se desplaza a Burdeos, Francia, donde de la mano del propio Dr. Le Boulch, en el  Centro Regional de Educación Física  y Deportes de Francia, tomará contacto con las nuevas corrientes de la educación física europea; especialmente con las emergentes corrientes psicomotricistas y, muy especialmente, con la psicocinética del propio Dr. Le Boulch.

El servicio militar obligatorio en la época, lo lleva a cabo en la Instrucción Premilitar Superior (IPS), durante los veranos de 1966 y 1967 en el Campamento el Robledo, en la Granja de San Ildefonso –Segovia- obteniendo la graduación de Alférez de Infantería y como oficial en prácticas, en el Regimiento de Intervención Inmediata en la ciudad de Lorca –Murcia-  Dada su especialización, el coronel  del regimiento le encargará la preparación del equipo de atletismo y la organización de clases de judo para los oficiales, con excelentes resultados en ambos casos.

El recorrido de su formación académica y profesional, le lleva desde el título de Maestro de Enseñanza Primaria, Profesor y Licenciado en Educación Física, Doctor en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, Máster en Ocio y Recreación Deportiva, acumulando, además, los  máximos niveles de los títulos de Entrenador Nacional de Voleibol, Bádminton y el 2º Dan de Judo.

Del silbato a las palmadas. La revolución metodológica.

La experiencia adquirida a pie de obra, las horas de patio en el argot profesional, terminan de completar su formación, accediendo en edad temprana al conocimiento didáctico del contenido; esto junto a su brillante currículum académico, hace que la Escuela Superior de Educación Física reclame sus servicios como profesor de la materia Gimnástica – Gimnasia Educativa.

Los estudiantes de la Escuela Superior  de Educación Física, habíamos cursado ya algunos años de esta misma materia bajo la perspectiva tradicional y metodológica de la Gimnástica lingiana, o gimnasia sueca desde un punto de vista estructuralista, que entendía el currículo como una propuesta político educativa vinculada a los proyectos político sociales del régimen gobernante, que integraba a la educación física dentro de la formación cívico social del ciudadano. Formaciones y evoluciones de clara influencia premilitar, ejercicios a la voz, ejecuciones y evoluciones automáticas en un orden rígido y automático de movimientos previamente diseñados, elaborados y prescritos.

La llegada de Manolo, la vivimos como un soplo de aire fresco y liberador, se acabaron las formaciones rígidas, los ejercicios a la voz, las tablas y los ejercicios prescritos; las sesiones de clase adquirieron un dinamismo relevante y un claro impulso creativo por  parte del profesor. Realmente se había pasado de una metodología estructuralista a otra constructivista, donde la idea central es que el aprendizaje humano se construye, y que la mente de las personas elaboran nuevos conocimientos teniendo como base las enseñanzas anteriores; por lo tanto, pasamos a un aprendizaje activo, en el que los estudiantes podíamos participar en las actividades en lugar de permanecer de manera pasiva, observando lo que se nos explicaba, o repetía, de forma rutinaria y machacona. De todo esto, la apreciación metodológica más visible fue la desaparición de las formaciones rígidas, el incremento de la actividad física y de la participación, la relación de confianza profesor alumno y, sobre  todo muy celebrado, la desaparición del silbato y su sustitución por las palmadas y los gritos de ánimo y estímulo.

El método, sin nombre científico asignado, tuvo una difusión e implantación extraordinariamente rápida en la España de los setenta, en donde el crecimiento social del interés por las actividades físicas y deportivas, encontró acomodo, por parte de los profesores, como un método flexible y adaptativo, extraordinariamente activo y creativo, que no precisaba de materiales ni de instalaciones específicas y que, por ende, reunía todas las condiciones educativas de  la moderna pedagogía.

En este esfuerzo innovador es preciso incluir, a su hermano José Luis, y muy especialmente a José Ignacio Manchón Ruiz que adoptaron de forma casi inmediata esta metodología, dentro de las asignaturas que ellos impartían en la Escuela Superior de Educación Física (ESEF) El notable grado cualitativo que imprimieron a la institución, bajo su liderazgo, le llevó a ser nombrado Director de la ESEF en 1971 y Jefe de Estudios en 1972, cargo que compatibiliza con su trabajo como profesor de Gimnástica. Voleibol y Judo. Su desarrollo y valía profesional, hacen que se le reclame como profesor de Gimnástica y Voleibol en el Instituto Nacional de Educación Física (INEF) de Madrid; institución en la llevara a cabo el resto de su vida profesional.

La penuria de profesorado de educación física y el despertar, en España, de la demanda social de una educación física de calidad, acorde con los nuevos tiempos, obligó a las instituciones de la época a llevar a cabo una solución aceptable, de emergencia, que permitiera ir dotando de profesorado de educación física a la enseñanza primaria; a tal fin, durante los veranos del 70 al 74 imparte cursos de un mes de duración, dirigidos a los maestros de enseñanza primaria que ya contaban con alguna experiencia previa.

La proyección de su  metodología y su inquietud por las actividades físicas, le lleva  a una de sus obras más señaladas, la difusión del voleibol; desde su trabajo en la ESEF y en el INEF de Madrid, va a acometer una enorme difusión e  implantación  del voleibol en España, a cargo del profesorado que él va formando en ambas instituciones, con resultados ciertamente sobresalientes: en 1972, el equipo de voleibol de la ESEF asciende a la 2ª división y en 1973 a 1ª división, en la que se mantendrá hasta 1976; al propio tiempo, la formación de técnicos y especialistas en este deporte va dando enormes frutos; jugadores internacionales como José Miguel Serrato Tornero, Seleccionadores Nacionales Olímpicos como Pepe Díaz García y Pepe Tierra Orta, y tantos cientos de profesores y profesoras formados en las instituciones y en cursos intensivos que organiza y dirige.

Las organizaciones deportivas, no solo en España, suelen adolecer de profesar una especial inquina contra lo científico y lo académico; se diría que vuelven al Medievo de Gonzalo de Berceo, cuando refriéndose a la formación de oficio, de los malos clérigos, por la práctica, señala que más saben por uso que por sabiduría; así, cuando Manolo se presenta a las elecciones a la presidencia de la Federación  Española de Voleibol, es derrotado por los formados de oficio haciendo uso de su notable anti academicismo.

Todos los regímenes políticos sucumben a la tentación de manipular políticamente la educación física y el deporte, bien sea como medio de proyección pública, o como factor de impacto y adoctrinamiento cultural y social; los regímenes españoles no lo fueron menos: la monarquía de Alfonso XIII, la Dictadura de Primo de Rivera, a la que se le sigue debiendo la organización y estructuración del deporte en España, la II República, que creó una incipiente estructura académica y, por supuesto el franquismo que lo convirtió en una de sus señas de identidad, hizo que a la llegada de la transición política, la educación física y el deporte, se encontrasen en una situación de res nullius, de tierra de nadie, a la espera de los acontecimientos. En esta situación, el gobierno decide fusionar la ESEF y el INEF, dejando vacío el enorme edificio de la ESEF en la calle de Mantuano 51, y dejando a Manolo en su calidad de funcionario del Ministerio de Cultura, como único habitante.

Nunca, lo conozco en propia carne, los políticos podrán conseguir mantener aislado u ocioso a un personaje creativo. Manolo decide volver a llenar de vida el viejo caserón, convenciendo a la Dirección General correspondiente de la posibilidad de crear y acoger en el edificio, un centro cultural que recogiese todas  las iniciativas culturales y deportivas que había en el Barrio de Prosperidad; así nació el Centro Cultural Juvenil de Chamartín, autorizado a finales de 1976, y una realidad funcionando en 1977; toda una revolución cultural para la época, con lo que esta creación se adelanta en años a las famosas movidas culturales madrileñas. El centro de corte asambleario, eligió a José Miguel Beneyto como responsable del área cultural, y a Manuel Hernández como Presidente de la Agrupación Deportiva de Chamartín y responsable del edificio en su calidad de funcionario del Ministerio de Cultura. Su esquema de trabajo, a grandes rasgos, es una pirámide, en cuya base están las clases regladas de educación física, el trabajo se continúa con las escuelas deportivas, que desembocan en equipos representativos del distrito a diferentes niveles.

La eficacia demostrada en el desarrollo de manifestaciones de deporte popular, que hizo posible la promoción del deporte para todos en el barrio, lo que le supuso la concesión del premio Trofeo Educación Física 1978.

Sin duda, los celos partidarios de las organizaciones políticas, vieron un peligro potencial en la energía desbordada y desbordante del Centro Cultural Chamartín, fue abandonado por todas las instituciones públicas, y habiendo sido un proyecto que reunió, en poco tiempo, a la mayoría de las asociaciones culturales y deportivas del distrito de Chamartín, se le cortaron las ayudas y recursos, dejándolo morir de inanición.

Con fecha 5 de junio de 1989, la Dirección General de Deportes lo nombra Coordinador General de los trabajos de investigación contenidos  en los convenios entre la Consejería de Educación de la  Comunidad de Madrid y la Fundación General de la Universidad Politécnica de Madrid y especialmente  del equipo de investigación del proyecto de animación recreativo-deportiva dirigido a municipios entre 2.000 y 5.000 habitantes de la Comunidad de Madrid. Como consecuencia de esta investigación, pone en funcionamiento otra de sus señas de identidad, los juegos y deportes alternativos que comienza a difundir a través de los cursos que impartirá durante los siguientes años en los CEP de profesores, Diputaciones, Ayuntamientos, Universidades y en las clases del INEF donde consigue la plaza cómo titular de la asignatura Ocio, Deporte y desarrollo humano (2004-2015).

De acuerdo con esa nueva actividad creativa que está desarrollando, imparte como profesor del INEF de Madrid las asignaturas de Pala y Raqueta, de Deportes Alternativos y Técnicas de investigación en el campo de la Antropología del juego (1995-2015) y dirige la Escuela de verano del Deporte, en el INEF de Madrid (1995) alcanzando en el año 2000 el grado de Doctor con la Tesis Doctoral: Estudio antropológico del juego deportivo en España desde sus primeros testimonios gráficos hasta la Edad Moderna.

Director  de proyectos de investigación competitivos en la Universidad Politécnica de Madrid, y otros internacionales desarrollados en Brasil, en torno a las actividades lúdicas y creativas de las comunidades indígenas.

Completa su trayectoria un sin número de menciones honoríficas y cargos de representación en el mundo de las a actividades físicas, los deportes y el juego que, será preciso detallar en un próximo futuro.