DEL DEPORTE CURRICULAR A LA PRÁCTICA SOCIAL DEL DEPORTE. INCLUSIÓN Y CALIDAD DE VIDA

Maestro de Enseñanza Primaria – Licenciado en Educación Física – Licenciado en Geografía e Historia – Doctor en Historia Contemporánea. Catedrático de Universidad. Líneas de Investigación: Didáctica de la Educación Física. Producción Materiales Didácticos. Historia, Política y Filosofía del Deporte. Formación del Profesorado. Fundador de La European Union Physical Education Associations (EUPEA) Comité de Expertos del Consejo de Europa. Coordinador del Foro Hispanomexicano de la Educación Física y el Deporte.

DEL DEPORTE CURRICULAR A LA PRÁCTICA SOCIAL DEL DEPORTE. INCLUSIÓN Y CALIDAD DE VIDA

Prf. Dr. Manuel Vizuete Carrizosa

Universidad de Extremadura – España

mvizuete@unex.es

Los diferentes procesos de reforma de los sistemas educativos suelen tocar, solo tangencialmente, la cuestión del deporte en la edad escolar. La falta de tradición en el sistema educativo respecto a la educación física y la escasa valoración de sus contenidos curriculares como contenidos de educación; así como el hecho de que el deporte en la edad escolar haya estado situado, desde sus orígenes, en una especie de nebulosa o tierra de nadie en la que se confunden habitualmente los conceptos educación y cultura, y donde se ha dado más importancia a las formas que al fondo, junto a la nada despreciable presión política y mediática sobre los conceptos educativos referidos al deporte en la edad escolar, han llevado tanto al deporte curricular como al deporte extraescolar, a una situación de inmunodeficiencia educativa, que coloca al cuerpo docente y al sistema educativo casi sin capacidad de reacción, ante problemas acuciantes que, con carácter de pandemias, están afectando no solo al tratamiento educativo del deporte, intra y extra curricular, sino también al cuerpo social, en el que las alarmas referidas a la salud en términos de obesidad mórbida infantil, violencia en el deporte, dopaje de deportistas en edad escolar y otros tipos de abusos, con el deporte como marco de referencia, urgen una investigación profunda y medidas urgentes.

Es cierto, y en este caso contrastado, que las imprescindibles reformas educativas suelen carecer de influencia en la vida del aula; especialmente si no se dedica una atención especial a la formación y al desarrollo profesional del profesorado, ya que, este es el factor clave que determina el éxito o el fracaso de la puesta en marcha  de cualquier reforma ó innovación curricular. En este caso, y pese a tratarse de un colectivo especialmente joven e inquieto por su formación, tanto las inercias como los enormes déficits de fundamentación teórica existentes en su formación inicial, incapaces de modificar los preconceptos que aportan y justifican la elección de la profesión, validan la teoría de Fullan[1] cuando sostiene que:

Los cambios en educación dependen de lo que piensan y hacen los profesores, algo tan simple y a la vez tan complejo…

 Pese a haberse realizado un enorme esfuerzo, probablemente uno de los mayores y mejores en los países de nuestro entorno, en el diseño curricular, en el planteamiento y en la planificación didáctica en educación física, a todos los niveles, no es menos cierto que estos esfuerzos y los consecuentes cambios estructurales y curriculares propuestos desde las administraciones, no bastan para provocar un cambio significativo en los planteamientos didácticos del profesorado, que conduzcan a la clarificación real de objetivos y contenidos y, consecuentemente, a la mejora de la enseñanza; simplemente porque los profesores no son simples técnicos que se limiten a aplicar las reformas ó las innovaciones curriculares. Los profesores tienen conocimientos, concepciones, valores, actitudes y formas de entender su disciplina que son los que motivan sus tomas de decisión, a los que hay que sumar, su propia experiencia de vida, la situación personal y los contextos sociales y profesionales en los que trabajan, que son especialmente determinantes para la puesta en ejecución de cualquier propuesta curricular.

Estamos ante una demanda social reciente, emergente y acuciante, que busca en la educación física y en la práctica habitual del deporte y de las actividades físicas una defensa eficaz frente a las amenazas contra la salud y la calidad de vida, derivadas de la nueva dinámica social y de los cambios en los estilos de vida. Circunstancias estas que habiendo crecido en progresión geométrica en el último cuarto del siglo XX, amenazan con convertirse en pandemias, cuando no en cánceres sociales, muy costosos en lo económico, de difícil tratamiento y de gran alarma social.

La desaparición de la guerra fría y la nueva dinámica social impuesta por esta circunstancia a las políticas deportivas, ha marcado severamente las perspectivas y planteamientos tradicionales existentes sobre la educación física y el deporte escolar, hasta entonces orientados hacia un concepto físico-deportivo, para ser replanteados, en función de estas nuevas demandas y perspectivas sociales, hacia un nuevo concepto emergente en Europa, relacionado con la salud y la calidad de vida, que se define como cultura del movimiento. En este sentido han sido claves los estudios e investigaciones realizados por Bart Crum (2004), Brettschneider y Kleine (2003), Hardman y Marsall (2000), Vizuete (2002) Carreiro da Costa (2005) sujetos a rigurosos debates en el seno de la comunidad científica y respaldados por investigaciones y congresos europeos.

Nuestro objetivo, desde la necesaria clarificación conceptual, es saber si el deporte en la edad escolar, o las prácticas deportivas que ofrecemos a nuestros escolares, tanto curriculares en la asignatura de educación física como las prácticas sociales del deporte en la edad escolar, promovido por las administraciones, reúnen las condiciones didácticas y educativas, tanto cuantitativas como cualitativas, orientadas y justificadas, hacia esta nueva orientación social de la que la actividad física, entendida como práctica de salud, es una seña de identidad creciente; del mismo modo, establecer cuáles han de ser las acciones institucionales y educativas necesarias para garantizar la dimensión educativa.

El problema está en no haber sido capaces, hasta el momento, de entender desde presupuestos educativos, los impactantes cambios de mentalidad y de dinámica social, referidos al deporte y a la cultura del movimiento, que han tenido lugar en los últimos años, y que deberían haber sido asumidos por el concepto escolar de la disciplina, redefiniendo el deporte curricular y extracurricular, orientando la educación física hacia esta nueva forma de cultura.

Desde un punto de vista estrictamente científico y educativo, a la luz de las aportaciones científicas del área de conocimiento y de la ciencia educativa contemporánea, hemos de preguntarnos:

  • ¿Podemos hoy mantener que la sola práctica de un deporte, sin que medie ningún proceso de planificación didáctica y curricular es en sí misma educativa?
  • ¿Desde un punto de vista científico y educativo, se puede seguir aceptando y manteniendo que un niño, o niña, en edad escolar, realice una práctica deportiva con las mismas reglas, el mismo rigor disciplinario y la misma intencionalidad que un adulto?
  • ¿Se puede aceptar que una actividad con gran potencial educativo, como es el deporte, pueda ser instrumentalizada, más para deseducar que para formar ciudadanos y ciudadanas democrática y socialmente integrados, en razón a no se sabe cuales intereses y que, además, pueda hacerse desde el puro voluntarismo y sin formación didáctica?

En la educación contemporánea, la educación física para el siglo XXI, a la que hacemos referencia, se orienta a educar EN deporte, más que a educar A TRAVÉS del deporte. Las razones son simples y coinciden con lo expuesto. Educar a través del deporte exige, como principio, ignorar en la práctica el valor y los efectos del factor de incertidumbre sobre el resultado de la supuesta acción deportivo-educativa, que es lo que hace atractiva la actividad. Científicamente hablando, no se puede plantear una acción educativa asumiendo, a priori, un alto grado de incertidumbre sobre los resultados, en tanto que, educar en deporte, comporta educar en la aceptación del factor de incertidumbre y reconociendo su valor educativo como impulsor de la práctica habitual de las actividades físicas y de los deportes a lo largo de toda la vida.

En la práctica habitual de actividades físicas, la sociedad se ha adelantado a los planteamientos políticos y a las inercias educativas mostrándonos cada día, cada vez que salimos a la calle, en las noticias deportivas o en la televisión, cuales son las exigencias contemporáneas de conocimientos sobre la actividad física, y cual es por tanto el tratamiento educativo del deporte exigido por la sociedad del siglo XXI.

Así es como el deporte en la edad escolar tiene que ser repensado y orientado, hacia la participación y la integración de los futuros ciudadanos y ciudadanas en la cultura del movimiento. Esto exige planteamientos del deporte escolar curricular menos deportivizado y más cercano a lo humanístico, a la realidad individual de cada escolar, a sus posibilidades físicas y a su integración en esta nueva forma de entender las actividades físicas.

Ha de ser posible una práctica del deporte en la edad escolar a la medida de cada uno y de cada necesidad, lo que nos llevaría, en la práctica, a la aplicación del concepto enseñanza individualizada en la educación física y en el deporte, sin que esto pueda resultar antitético de los valores de solidaridad, cooperación y trabajo en equipo, tradicionalmente atribuidos al deporte, que forman parte de su propia retórica educativa. Este concepto nos lleva a un deporte escolar curricular escolar y extraescolar con exigencia de medios de calidad, con técnicos cualificados, abierto y no traumático, en el que lo realmente importante sea la integración social y el mantenimiento de la salud desde la práctica de actividades físicas.

Como trabajos de referencia, merecen destacarse los siguientes:

European trends in Youth Sport: A report from 11 European countries, Se trata de un estudio comparativo europeo y transversal dirigido por Paul De Knop[2] en países significativos de distintas áreas y entornos geográficos y socio-económicos de la Unión Europea, en el que se estudiaron las políticas de promoción deportiva dirigidas a la población juvenil que puso de manifiesto las características de la oferta deportiva juvenil en Europa:

  1. Incremento sustancial de la oferta de actividades deportivas dirigidas al sector juvenil en las últimas décadas, sin que esta ampliación haya supuesto un incremento significativo de deportistas de éxito en varios deportes, como era frecuente en generaciones anteriores.

Para Paul De Knop,  la explicación de esta circunstancia habría que asociarla al incremento de la necesidad de especialización para triunfar en un deporte.

  • Institucionalización del deporte, de tal manera que es casi imposible la práctica de los deportes de equipo fuera del marco institucional.

Denuncia el estudio, que en muchos de los países europeos estudiados ha desaparecido el deporte de práctica espontánea que, hasta hace muy poco tiempo era una de las formas de actividad física habituales de los niños y jóvenes.

  • Aparición de dos grupos de jóvenes, los que entrenan varias veces a la semana, en ocasiones diariamente y los que no realizan práctica deportiva alguna.
  • En las últimas décadas se aprecia un incremento significativo de participación de los jóvenes en el deporte organizado.

Este aumento es especialmente significativo en la población femenina, con lo que, a pesar de que los chicos, en general, son más entusiastas de las prácticas deportivas que las chicas, la diferencia en el número de practicantes, entre unos y otras, se ha reducido considerablemente; destaca que este hecho es especialmente apreciable en Suecia, Noruega, Alemania y Finlandia.

  • El deporte organizado institucionalmente para jóvenes tiende a disminuir o a estancar su crecimiento en: Bélgica, Finlandia, Alemania, Portugal, España y Suecia, mientras que, por el contrario, en los mismos países aumenta la oferta institucional de actividad física destinada a mejora de la condición física y a la satisfacción de los gustos estéticos.

Este fenómeno, cada vez más generalizado en Europa y relacionado con el poder adquisitivo de los jóvenes, se ajusta al incremento de la oferta comercial de gimnasios e instituciones de actividad física en la que la posibilidad de establecer nuevas relaciones sociales es un aliciente añadido.

  • El acceso precoz a las prácticas deportivas regladas, 7 u 8 años e incluso antes genera un aumento de los abandonos de la práctica deportiva y también un notable grado de experimentación de unos y otros deportes y, también por otra parte, de deseo de especialización en una o dos disciplinas.

Este hecho es especialmente relevante en países como España en los que la necesidad política de mantener cuotas de participación ante el abandono del deporte por parte de los jóvenes se recurre a rebajar la edad de acceso al deporte competitivo organizado por federaciones y clubes.

En cuanto a los problemas más frecuentes que se identifican en la mayoría de los países estudiados, en relación con los jóvenes y el deporte, De Knop destaca:

  1. Abandono y perdida de interés en los jóvenes por los deportes organizados.
  2. Excesiva influencia del deporte de adultos sobre el deporte de los niños y jóvenes, tanto en lo que se refiere a los valores como a las normas y reglas, de tal manera que se obliga a un niño/a de ocho años a jugar con las mismas reglas y normas que las de un adulto. En muchos deportes, subraya el informa, los niños son tratados como adultos pequeñitos u homúnculos.
  3. El deporte es ahora demasiado organizado, demasiado serio y menos divertido, la gravedad de este hecho es directamente proporcional a la disminución de la edad del deportista.
  4. El deporte tiende a incrementar las diferencias sociales entre los jóvenes, de tal manera que tanto las prácticas como las posibilidades de acceso están, en el fondo, condicionadas por la posición social de la familia. esta segregación no es intencional sino que viene originada por diversas cusas como la disponibilidad familiar para cuestiones de logística y transporte, equipaciones, etc.
  5. La influencia de la economía es otro de los factores que condicionan el deporte de los jóvenes; coste de los equipamientos y de entrenadores, etc.
  6. Las cuestiones éticas son otro de los problemas que aparecen como significativos, algunos de ellos, como veremos, relacionados con la identidad educativa del deporte.
  7. Conseguir profesorado y personal cualificado es otro de los problemas sobresalientes ya que, en demasiados casos, el deporte de los niños y de los jóvenes se encuentra en manos de voluntariado.

Sport, Health and Physical Education: Reconsideration. Otra investigación relevante que empleamos como antecedente fue desarrollada en el Reino Unido[3] y puso sobre la mesa las siguientes conclusiones:

  1. No es posible encapsular ni generalizar las complejas relaciones existentes entre educación física, salud y deporte.
  2. Es absolutamente necesario establecer una clara diferencia entre deporte y ejercicio físico, ya que involucran diferentes  tipos de valores y de relaciones sociales; son producto de diferentes razones personales por las que cada uno accede a la actividad física y tienen también diferentes repercusiones sobre la salud.
  3. Es preciso establecer las diferencias entre distintos tipos  y niveles de práctica deportiva con las distinciones de deporte de contacto y de no contacto y entre deporte de masas y deporte de élite y delimitar, en cada caso las diferentes consecuencias que estos tipos de ejercicio tienen sobre la salud.
  4. favorecer la práctica de actividades rítmicas no competitivas por sus mayores beneficios para la salud y menor número de lesiones, frente a las actividades competitivas y de contacto.

Resumiendo estos dos estudios, podemos determinar la existencia de una situación de encrucijada en Europa respecto al deporte de los jóvenes en el sentido de, que agotado los sistemas tradicionales de promoción deportiva, basados en la detección de talentos o en el incremento de la práctica competitiva desde tempranas edades, como formula ideal de incrementar el número de deportistas de élite, existe una situación de reacción social en el mundo juvenil e intelectual, contra las estructuras sociales e institucionales que, en el último cuarto de siglo, han venido dando cobijo al deporte juvenil desde el entendimiento de éste como cantera del deporte de élite, o como una forma de justificar políticas sociales referidas a la cultura y a la sociedad del bienestar.

 A nuestro modo de ver, los responsables de estas  situaciones de crisis serían:

  1. Las políticas deportivas de los últimos treinta años en los que se apostó fuertemente por un descenso de la edad de iniciación al deporte competitivo.
  2. La detección de talentos y la tecnificación, frente al seguimiento de las teorías educativas y de la cualificación pedagógica para el ejercicio profesional de la educación física y del deporte escolar y juvenil.

En el primer caso los abandonos de la prácticas deportiva se producen por agotamiento de la capacidad de satisfacción de las necesidades personales desde el deporte, al establecerse un común denominador para todos, con la consiguiente cosificación de los deportistas, y una valoración de los individuos en base a su capacidad competitiva y a su éxito deportivo y, en el segundo, por la existencia de una práctica selectiva que deshumaniza las actividades físicas, de tal manera que, detectado el talento, los casi-talento o no-talentos, pasan a engrosar las filas del más absoluto anonimato sin que el sistema deportivo, vuelva a tener el menor interés por ellos. En ambos casos, los abandonos están más que justificados y demuestran la incapacidad del sistema deportivo para poseer una visión completa del panorama social desde una perspectiva educativa.

Estos antecedentes, investigaciones y razonamientos avalan, sin dudas de ningún género, la necesidad de una investigación en España, sobre la realidad del deporte en la edad escolar y sus correspondencias con las situaciones europeas.


[1] FULLAN, M. (1991). The new meaning of educational change. Chicago: Teacher College Press, p. 117

[2] DE KNOP, P.: European trends in Youth Sport: A report from 11 European countries.  European Journal of Physical Education, Manchester,1996, 1, pp.36-45

[3] WADDINGTON, I., MALCOM, D. & GREEN, K: Sport, Health and Physical Education: Reconsideration. European Physical Education Review, Vol 3,nº 2, Manchester,1997,pp165-182.

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