LA EXPRESIÓN CORPORAL. DEFINICIÓN Y CONCEPTOS ESENCIALES DESDE LA EDUCACIÓN FÍSICA.

vigo

 

Purificacion Villada Hurtado.

Licenciada en Educación Física por la Universidad Politécnica de Madrid. Doctora, con Premio Extraordinario de Doctorado, en Ciencias de la Educación por la Universidad de Oviedo. Ex directora del Departamento de Didáctica de la Expresión Musical, Plástica y Corporal  de la Universidad de Valladolid. Cofundadora del Movimiento de Renovación Didáctica Jarandilla, para la Renovación de la Formación del Profesorado de Educación Física.

 

 

LA EXPRESIÓN CORPORAL.  DEFINICIÓN Y CONCEPTOS ESENCIALES DESDE LA EDUCACIÓN FÍSICA.

 

La expresión es una de las capacidades que más claramente diferencia a los seres humanos del resto de los seres vivos. Pero, aun siendo una capacidad que todos los seres humanos poseen y, sin embargo, cada persona tiene una forma peculiar de manifestarla.

 

Cuando el ser humano se manifiesta, siempre lo hace, aunque sea de forma inconsciente para los demás. El lenguaje, la escritura, las formas artísticas…, y también el cuerpo, son los elementos que hacen posible que las personas se expresen y manifiesten su forma de ser, de vivir, de sentir y de actuar en el mundo.

Todos somos expresión. Desde que nacemos nos estamos expresando, utilizando nuestra personal forma de ser para enviar mensajes y comunicarnos con los demás. Estos mensajes responden en muchos casos, y así es en una expresión primaria, a necesidades vitales como el hambre, el dolor, el frío, el calor…  En otros casos, los mensajes responden a los sentimientos y a la necesidad de reclamar afecto, como la risa, la rabia, el llanto…  También enviamos mensajes, finalmente, a través de las ideas y los pensamientos que, paulatinamente, vamos incorporando en nosotros y que, en muchas ocasiones, necesitamos exteriorizar. Esta exteriorización, como hemos dicho, la podemos realizar a través de la palabra, de la escritura…  y también, a través del cuerpo.

Pero, si bien el hombre se expresa desde que nace, su expresión personal es educable, y por lo tanto susceptible de mejora[1]. Por ello si, como entendemos, la expresión es una capacidad propia del ser humano que, además se ha ido instrumentalizando desde el nacimiento, requiere, como el resto de las capacidades del hombre, de su educación y potenciación. Así podremos hacer un mejor uso de nuestros propios recursos. Aprenderemos, a través del estudio y los procedimientos, a interiorizar, vivenciar, expresar nuestro yo, y aprenderemos a través del estudio y el análisis intelectual a conocer nuestras posibilidades expresivas y, también, nuestras carencias.

Pero, el desarrollo de las capacidades expresivas del hombre puede abordarse, insistimos en ello, desde distintos campos del conocimiento: la expresión escrita, verbal, plástica, musical. Etc. Sin embargo, nuestro enfoque en el ámbito expresivo desde la Educación Física, debe estar centrado en el cuerpo y en sus posibilidades de movimiento.

Introducirnos en este campo supone un extraordinario  reto, y lo supone por la proliferación de tendencias y teorías desde las que, con el buen hacer profesional y, sobre todo, con el compromiso pedagógico desde el que debemos de intervenir en el proceso educativo, todos los profesionales de la Educación Física intentamos  hacer nuestras aportaciones con el propósito de ir construyendo  un ámbito del conocimiento  poco  definido, hasta el momento, en el contexto de la Educación Física escolar.

Las directrices didácticas que emanan del Ministerio de Educación y Cultura incorporan en la Reforma Educativa, a nuestro juicio con buen criterio, los contenidos que hacen referencia a la dimensión expresiva y comunicativa del cuerpo en las diferentes etapas y niveles de enseñanza. Es necesario destacar que siendo uno de los contenidos que permanecen presentes en todas y cada una de las etapas y niveles del sistema educativo, sin embargo, su abordaje, en la práctica, es muy reducido, limitándose a dar unas pequeñas pinceladas que justifiquen los contenidos mínimos prescritos por el currículo de Educación Física.

Podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que se trata de un contenido incipiente que carece de un rigor científico que esclarezca su trascendencia curricular. Sin embargo, es un hecho evidente que los jóvenes trasmiten y se comunican con distintos códigos no verbales, dependiendo de su etapa evolutiva, multitud de mensajes corporales con la intención de que otros/as los reciban, los interpreten y les den significado. Ante esta realidad, ante ese lenguaje implícito en el propio cuerpo, nos preguntamos…   ¿es acaso necesario y conveniente que se produzca un proceso de enseñanza y de aprendizaje en torno a los factores y elementos que favorecen la comunicación y expresión del cuerpo?  ¿Son acasos factores educables? Nosotros, siguiendo a Paloma Santiago[2]  pensamos que sí, que como capacidad humana debe de ser abordada y tratada en el periodo de escolarización. Y, ello debe de hacerse desde muy temprana edad, aprovechando la natural y espontanea expresión de los niños de educación Infantil, para desde ahí, desde su genuina expresividad, avanzar potenciando las capacidades expresivas de su cuerpo.

Tal vez, el entorno, la propia sociedad en donde se desenvuelven nuestros jóvenes no propicie, de forma consciente, el lenguaje del cuerpo, las sensaciones que perciben, las emociones que transmiten, la transparencia y la sinceridad con la que los gestos, las miradas… etc., pueden llegar a delatar la personalidad. Pero, sí reflexionamos sobre   nuestra misión  educativa y, si la    entendemos como la intervención en el desarrollo de la personalidad de los jóvenes utilizando como vehículo el cuerpo, podemos  ayudarles  a  conocerse y aceptarse para que, a su vez, sean capaces de  conocer   y aceptar democráticamente  la forma en que los otros se manifiestan Nos parece que sería un grave error aparcar los  contenidos que giran  en torno al ámbito de la expresión y comunicación corporal, despojándoles así de una manifestación  de la motricidad humana que merece también un  tratamiento específico, de la misma forma que lo hacemos con las habilidades, la condición física, los juegos… etc. En este sentido, nos vamos a centrar en dos grandes apartados:

  1. El primero de ellos la expresión corporal intentando aproximarnos a las diferentes teorías y concepciones en las que la expresión corporal tiene una intervención importante. Posteriormente describiremos aquellos elementos que, a nuestro juicio, integran el desarrollo expresivo y que tienen un interés extraordinario para el desarrollo de estos contenidos en el ámbito escolar.
  2. El segundo apartado sitúa la expresión del cuerpo en el marco curricular. No olvidemos que son los contenidos más novedosos en el ámbito de la Educación Física, lo que implica que ubiquemos las funciones que debe de cumplir, los objetivos mínimos prescritos por el currículo, así como su ubicación en el diseño curricular. Por último, en este apartado, haremos una reflexión sobre los medios o vehículos que se utilizan más frecuentemente en la actuación docente.

Sabemos que no es fácil este compromiso, pero sabemos también que el hacer por hacer, sin ninguna fundamentación teórica no tiene sentido. De ahí nuestro interés por partir de los conceptos para, poco a poco, ir construyendo el marco curricular que nos permita, acceder con comodidad a su aplicación didáctica.

Nuestro planteamiento por tanto se realiza siguiendo el siguiente proceso:

  1. ¿Qué debemos conocer en este campo?, ya que, sí desconocemos el qué, no es posible implicarnos en la acción docente de estos contenidos.
  2. ¿Por qué debe de tener presencia curricular? porque si no justificamos su presencia en el currículo y no estamos convencidos de su necesidad, será imposible introducirlo en los programas educativos.
  3. Y, por último ¿cómo ordenamos, y secuenciamos este bloque de contenidos? Será ésta la aportación didáctica a toda nuestra justificación sobre la expresión corporal

 

Diferentes concepciones sobre la expresión corporal

La expresión corporal, como contenido organizado de forma sistemática es un producto de nuestro tiempo. Actualmente, la diversidad y dispersión de objetivos y ámbitos en donde la expresión corporal se desarrolla, requiere que hagamos un intento por situar, de forma ordenada, el conjunto de conocimientos que, en el ámbito educativo, deben constituir el punto focal de los aprendizajes.

Para ello, necesitamos clarificar el concepto de expresión corporal. Diversos autores ya lo han definido y explicado concibiendo teorías que lo fundamentan. Sin entrar en el análisis profundo de cada una de estas explicaciones y teorías, citaremos algunas:

Para Paloma Santiago[3] la expresión corporal es el lenguaje del cuerpo, el lenguaje natural del hombre, el más inmediato y propio de él.  Desde la justificación que la autora citada aporta, creemos que la formación personal que adquiere un educador en el ámbito expresivo es una de las mejores formas de comprender que es lo que ocurre con la dimensión expresiva y comunicativa de los niños. Es imposible escuchar lo que ellos sienten, lo que dicen con su cuerpo y también lo que no dicen, lo que intentan transmitir… si no ha existido, por parte del profesor, una vivencia y, sobre todo, una necesidad de interiorizar, analizar y reflexionar, sobre las sensaciones y sentimientos que este tipo de trabajo les ofrece.

Pero, en este caso, el trabajo de esta autora en torno a la expresión se convierte en un método para llegar al niño, para hacerle más libre, más autónomo y sobre todo para observar su comportamiento e intervenir en él si se considera necesario. No desechamos, por supuesto, esta forma de trabajo ya que resulta muy interesante ayudar a los niños a sacar hacia fuera todo lo que son y todo lo que sienten.

Para justificarla presencia curricular de la expresión corporal, necesitamos saber qué función debe cumplir y cuáles deben ser sus objetivos y, en consecuencia, qué tenemos que enseñar en cada ciclo o nivel educativo, así como su tratamiento pedagógico. Para Henri Bossu y Claude Chalaguier [4]

…la expresión corporal es una forma original de expresión, que debe encontrar en sí misma sus propias justificaciones y sus propios métodos de trabajo.

El trabajo de estos autores, está centrado en un enfoque metodológico de la expresión corporal y en sus técnicas de trabajo.  En ellas expresan siete formas escalonadas de trabajar con el cuerpo y que ellos denominan de la siguiente forma: El cuerpo se reconoce, el cuerpo juega, el cuerpo siente, el cuerpo existe el cuerpo se encuentra, el cuerpo crea y da significado.

El planteamiento que hacen, en un intento de ordenar lo verdaderamente esencial, de la expresión corporal, a nuestro juicio, es muy interesante, sin embargo, precisamos de concreciones más reales ya que, para su integración en el Sistema Educativo, es preciso aportar conceptos sobre los que trabajar, procedimientos sobre los que intervenir y, sobre todo, nos falta saber qué  debe  aprender  un escolar en relación con  su cuerpo y sus capacidades expresivas. Para Yvonne Berge[5] la expresión corporal es:

un término comodín que engloba muchas actividades todavía mal definidas, mal situadas entre sí y que aún buscan su camino.

Hemos de tener en cuenta que esta definición data del año 1979 manteniéndose en posteriores ediciones hasta 1985. Todavía hoy, iniciado el siglo XXI, seguimos manteniendo esta misma situación de confusionismo. Continuamos debatiendo en torno a este tema sin delimitar los campos que aborda la expresión corporal.

Hay tendencias, entre los profesionales de la Educación Física, de interpretar la expresión corporal como un contenido de moda y por lo tanto fugaz, etéreo, volátil que no tiene consistencia y sobre todo que no tiene utilidad. Siendo conscientes de este hecho y precisamente por ello, se nos plantean muchas interrogantes y dudas sobre el qué y el cómo enseñar o transmitir a nuestros alumnos y alumnas estos contenidos. Porque de lo que verdaderamente estamos convencidos es de su importancia y de su necesidad en el ámbito educativo, rompiendo así con situaciones motrices mucho más técnicas y mecánicas.

El profesor Pastor Pradillo manifiesta que introducirse en el ámbito de la Expresión Corporal puede ser un empeño, como mínimo arriesgado.[6]  Y, evidentemente, somos conscientes  de ello por la controvertida indeterminación del término, por la confusión de sus contenidos, pero sobre todo, en el contexto escolar, por la heterogénea interpretación que se desprende de un currículo parcelado en bloques de contenidos, donde no se ordenan de forma clara los aprendizajes que deben de haber adquirido los alumnos/as al finalizar su etapa de escolarización. Y esto que, en cierta medida, nos parece extraordinariamente interesante porque propicia una escuela democrática y abierta en donde toda la comunidad educativa participa en el proyecto, supone, especialmente en áreas de conocimiento que aún no poseen una larga tradición científica, un cierto riesgo. Lo entendemos así porque nos encontramos en unos momentos en los que estamos todavía definiendo nuestro corpus doctrinal, reflexionando y estudiando el papel que cumple la Educación Física en el Sistema Educativo, integrando nuevos contenidos, dando un nuevo enfoque a la asignatura y todo ello exige pasos firmes y seguros que nos ayuden a avanzar, evitando de así que se siga especulando desde ese término comodín que engloba muchas actividades, aún por definir, de las que nos habla  Yvonne Berge.

Para Jean le Boulch[7] la expresión corporal es la traducción de las reacciones emocionales  y afectivas profundas, ya sean conscientes o inconscientes. Una nueva preocupación surge al abordar la cuestión desde las ideas y teorías que plantea Jean Le Boulch en cuanto a la expresión corporal; desde ellas se establece una importante reflexión sobre la dimensión de un cuerpo no instrumentalizado, donde la afectividad cobra un valor de importancia trascendental y donde las emociones juegan un papel de gran relieve. En definitiva, lo expresivo, gira en torno al mundo interno de cada ser humano; es decir, a la necesidad que cada persona tiene de individualidad, de tener espacios propios y muy delimitados donde nadie interviene y donde cada persona es capaz de encontrarse consigo misma para poder así exteriorizar todo aquello que desee.

Ante estas ideas y ante los planteamientos expuestos por J. Le Boulch, hemos de preguntarnos:

  1. ¿Debemos intervenir en las reacciones emocionales y afectivas profundas?
  2. ¿Debemos de provocar que las personas exterioricen sus emociones, sentimientos, e ideas?
  3. ¿No será, quizás, como dejar a un árbol sin su raíz, sin su esencia, sin su vigor, sin su interioridad?
  4. ¿No será como desnudar el alma para así poder leer el interior de cada ser humano

 

Desde estas preguntas es como hemos de abordar la intervención educativa planteándonos:

  1. ¿Cómo hacer para que cada persona exteriorice sólo aquello que desea?
  2. ¿Cómo ayudarles a contener lo más íntimo y personal?
  3. Y, finalmente, ¿Dónde se encontrará situada, por lo tanto, la barrera entre lo saludablemente expresivo y lo saludablemente íntimo?

Para González Sarmiento[8] la expresión corporal es un proceso de exteriorización de todo cuanto los seres humanos son capaces de aprehender, asimilar y experimentar vivencialmente. Esta idea, expuesta por el autor, nos ayuda a comprender que el ser humano exterioriza un sin fin de ideas, sentimientos y sensaciones desde diferentes manifestaciones expresivas, ya sean verbales, gráficas, corporal, etc… Y, es este sentido de la exteriorización el que nos llama la atención y el que nos pone ante la situación de que para exteriorizar es necesario tener vivencias, experiencias…. y, por lo tanto, plantearnos la necesidad de ayudar a los escolares a conocerse, aceptarse, sentirse, etc.

Para Patricia Stokoe y Ruth Harf[9] la expresión corporal es:

…una conducta espontánea existente desde siempre, tanto en sentido ontogenético como filogenético; es un lenguaje por medio del cual el ser humano expresa sensaciones, emociones, sentimientos y pensamientos con su cuerpo, integrándolo de esta manera a sus otros lenguajes expresivos como el habla, el dibujo, la escritura.

En este sentido nuestra reflexión nos lleva a interrogarnos… ¿Entra el cuerpo en la escuela? Sin duda la expresión verbal, gráfica, y escrita son muy atendidas en los aprendizajes de los escolares. ¿Se favorece el que el niño exprese sus propias ideas y se deje ver afectivamente? Es cierto que, el profesor, a través de redacciones, debates, dibujos… llega a conocer a sus alumnos/as y, es así como, desde la observación sistemática, les ayuda a desarrollar sus capacidades expresivas consiguiendo que exterioricen su mundo interior desde los lenguajes de la expresión. Sin embargo, el cuerpo, desde su propia consideración conceptual, sigue sin entrar efectivamente en la escuela; lo que entra efectivamente en la escuela son las producciones corporales y, por ello, se sigue sin tener una intervención didáctica desde su realidad expresiva, impidiéndose el que se le ayude a desarrollar esta capacidad netamente humana y, anulando de hecho, la posibilidad de vivir un cuerpo más cómodo y sin encorsetamientos, dejando que fluya su forma personal de ser y de actuar.

Nuestra forma de entender la expresión y comunicación corporal, en un sentido amplio del término, como ya hemos expuesto en otras publicaciones[10], la vemos    como  una forma interior y profunda de sentir, como un modo natural de  vivir  nuestra corporalidad,  a partir de la  cual nos comunicamos con los demás y manifestamos nuestra  forma de ser dando información sobre nuestra personal manera de comportarnos y de actuar  en el mundo.

La expresión que se manifiesta a través del cuerpo es una emoción universal que anida en todos los seres humanos en mayor o menor medida. Es un latido interno capaz de interpretarse en cualquier idioma y es por ello que lo consideramos como una forma de lenguaje, de la misma forma que existen otras formas de lenguaje más reconocidas y aceptadas de la que nos habla Patricia Stokoe y Ruth Harf: lenguaje verbal, escrito, gráfico. etc.

Pero si la escuela, hasta ahora, ha intervenido en el proceso de aprendizaje de los lenguajes citados anteriormente, bien es cierto, como venimos diciendo, que poco o nada se ha preocupado de desarrollar la capacidad de hablar desde el cuerpo. Es por ello que tenemos un compromiso con toda la población escolar de abordar esta dimensión de la motricidad humana que hasta ahora no ha sido contemplada. Para Miguel Ángel Sierra:[11]

…la expresión corporal enmarcándola siempre dentro de la educación en general y de la Educación física en particular, la  define como el contenido de la Educación Física  caracterizado por la concienciación, aceptación, interiorización y utilización del cuerpo y todas sus posibilidades para comunicar emociones, ideas, pensamientos, sensaciones, vivencias, etc., así como por un marcado objetivo de creatividad.

Nos situamos muy cerca de los planteamientos de este autor porque trata de situar la Expresión Corporal dentro de la educación y dentro de ésta en el campo de la Educación Física. Dado el carácter de este trabajo, y de la necesidad de esta área de definir un campo de saber nuevo con presencia en la escuela, entendemos que podemos iniciar un camino común donde el desarrollo expresivo se concrete y se ajuste a las necesidades y características de los escolares; ya que no todo lo expresivo puede o debe de ser utilizado en el campo escolar. El error sería similar al que suele cometerse cuando el tipo de trabajo que se aplica al alto rendimiento deportivo se traslada a la escuela por el mero hecho de que se utiliza el cuerpo para ello, o porque se pretenden conseguir objetivos alejados de los netamente educativos.

Acercándonos al Sistema Educativo, y a toda una población escolar que debe de abordar los contenidos expresivos, concretamos nuestra idea sobre la Expresión Corporal[12]  diciendo  que,

La expresión corporal es una capacidad que permite a todos los seres humanos que se exterioricen y pongan de manifiesto sus deseos, sentimientos, pensamientos, emociones y sensaciones, materializa a través del cuerpo, la expresión corporal se sirve de los gestos, las posturas, la mirada, el movimiento, y de todas las posibilidades que el cuerpo humano es susceptible de generar.

Como hemos visto, a través de las exposiciones realizadas por diversos autores, nos encontramos con diferentes formas de enfocar los aspectos expresivos del cuerpo, que responden a distintas concepciones y elaboraciones teóricas. A nuestro juicio, sería inadecuado, optar por alguna de ellas; antes al contrario, todas se complementan, constituyendo diferentes partes de un todo, de una concepción global que podría incluirlas a todas.

Entendemos que la actuación del profesorado de Educación debe abordar la expresión corporal desde la pedagogía y sin olvidar que el diseño curricular, contemplando la expresión corporal como contenido propio de la Educación Física, es por ello que nuestra intervención educativa deberá girar en torno a la motricidad como contenido propio de la Educación Física, y a la expresión como manifestación de la propia motricidad humana.

CONTINUACIÓN EN PARTES II  y III

PUBLICADO EN:

Los fundamentos teórico-didácticos de la educación física

REFERENCIAS

[1] SANTIAGO. P.: De la Expresión Corporal a la Comunicación Interpersonal. Ed. Narcea. Madrid 1985. pp. 30

[2] SANTIAGO. P.: Ob. Cit..

[3] SANTIAGO, P.: Ob. Cit. pp. 26

[4] BOSSU, H. &/CHALAGUIER, C.: La Expresión corporal. Ed. Martínez Roca. Barcelona, 1986. pp. 15

[5] BERGE, Y.: Vivir tu cuerpo. Ed. Narcea. Madrid. 1985. pp. 105

[6] PASTOR, J.L..:  La afectividad, entre la expresión corporal y el lenguaje del cuerpo. Revista electrónica Áskesis.  Madrid, 1999

[7]Le BOULCH, J.: Hacia una ciencia del movimiento humano. Ed. Paidós. Buenos Aires. 1978. pp. 80

[8]GONZÁLEZ SARMIENTO. L.: Psicomotricidad profunda. Ed. Miñón. Valladolid. 1982. pp.  22

[9]STOKOE, P./ HARF, R.: La expresión Corporal en el jardín de infantes. Ed. Paidós. Buenos Aires 1984. pp. 13

[10] VILLADA, P.: La expresión corporal a debate: una nueva cultura del cuerpo entra en la escuela. Revista electrónica Áskesis. Madrid 1999

[11] SIERRA, M.A.: La expresión corporal como contenido de la Educación Física escolar. Revista electrónica Áskesis. Madrid 1999

[12] VILLADA, P.: Manual del Maestro especialista en E.F. Capitulo Expresión corporal. Ed. Pila Teleña. Alpedrete 1997 pp. 106

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