EDUCACION NO SEXISTA EN EDUCACION FISICA – UN DEBATE PERMANENTE DESDE EL MEDIEVO AL SIGLO XXI

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Manuel Vizuete Carrizosa

Maestro de Enseñanza Primaria  –  Licenciado en Educación Física – Licenciado en Geografía e Historia – Doctor en Historia Contemporánea. Catedrático de Universidad. Lineas de Investigación: Didáctica de la Educación Física. Producción Materieles Didácticos para la Educación Física Escolar. Historia y Filosofía del Deporte y de la Educación Física. Formación del Profesorado de Educación Física. Fundador de La European Union Physical Education Associations (EUPEA) Comité de Expertos del Consejo de Europa (EF, Deporte Escolar y Deporte para Jóvenes) Coordinador del Foro Hispanomexicano.

 

EDUCACION NO SEXISTA EN EDUCACION FISICA – UN DEBATE PERMANENTE DESDE EL MEDIEVO AL SIGLO XXI

Probablemente, el debate de fondo mas serio y profundo que ha soportado la educación física española, se sostuvo durante la transición política del franquismo a la democracia, y precisamente en cuanto a lo que había de ser la denominación de aquella ley promulgada por el Ministerio de La Cierva, que de alguna manera patentizó la situación de la disciplina al final del franquismo. En aquel momento histórico la discusión, digo, se centraba en torno al nombre que habría de llevar la futura ley; Ley de Educación Física y Deportes para los continuadores del espíritu del 61, Ley de Cultura Física y Deportes para los partidarios de las reformas a fondo, que tampoco lo fueron. Sea como fuere, y abstraído el vocablo deporte, común a ambas tendencias, al final, se reduce el debate al concepto educación, para unos, y al de cultura para otros; o lo que es lo mismo, si la acción y efecto de la disciplina se queda en lo transmisible o si, por el contrario, ha de incorporarse a ese bagaje personal, distinto y permanente que conocemos como cultura.

Si en algún caso hemos ya admitido, que la característica esencial de la disciplina educación física es el empleo del movimiento corporal como medio de educación, procede por tanto, que realicemos una prospección en el campo histórico que determine cuales son los orígenes, fundamentos y causas por las cuales la mujer española, ha venido siendo a lo largo de la historia sujeto de diferentes ideas de educación corporal en función de las necesidades, creencias y modos de entender la vida que, históricamente, han definido este aspecto de la educación, y la cultura femenina.

En este sentido, hemos de situar nuestro punto de partida en el momento histórico que define a nuestro pueblo como poseedor de tres culturas que conviven en armonía y tolerancia, compartiendo territorio, estado y monarca; este es, a mi entender, el momento histórico preciso en el cual se produce una concordancia de criterios entre las tres culturas que habitan en la península en relación con la educación de la mujer y se forma, a nivel de la conciencia colectiva, una idea del papel que la mujer debe desempeñar en relación con la sociedad y con la cultura.

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LA MUJER DE LA TRES CULTURAS

Antes de entrar a definir el resultado de unas pautas de educación establecidas en relación con la mujer, hay que señalar, que el resultado y la situación no es igual para todo el territorio peninsular, por cuanto, si bien la Castilla de Alfonso X es considerada como parangón de la convivencia pacífica de las tres grandes religiones monoteístas, no es menos cierto que en esta época el proceso unificador peninsular -no le quiero llamar reconquista- no está concluido, y aun cuando se concluye, los usos costumbres y creencias, son desiguales -lo siguen siendo hoy día- y el tratamiento dado a la mujer en cada sitio, es sustancialmente diferente.

Hecha esta salvedad, hay que decir que el tratamiento dado a la mujer por las tres religiones es ciertamente similar, y producto de las consideraciones religiosas que se tienen por cada una de ellas, por tanto, veamos de forma breve, que es, lo que en este momento del horizonte cultural hispano se piensa de, por y para la mujer en cada caso.

La mujer hispanocristiana.

En este caso, hemos de entender que debería haber una cierta similitud con la consideración que de la mujer cristiana que se tiene en los reinos hispanos, y la que se tiene en los otros reinos, igualmente cristianos allende el pirineo, en este sentido, la consideración vendría dada por la doctrina de los padres de la Iglesia; así, y tras la contradicciones de S. Pablo que tras afirmar que: no hay varón ni mujer porque todos sois uno en Cristo» -Gálatas III,28 -, dice más adelante:

  •  el varón no debe cubrirse la cabeza, pues él es imagen y gloria de Dios, pero la mujer es gloria del varón. Porque el varón no procede de la mujer, sino la mujer del varón, y tampoco el varón fue creado por causa de la mujer, sino la mujer por causa del varón..……

para terminar no aclarando precisamente, que :

  •  …pero en el Señor, ni el varón es sin la mujer, ni la mujer sin el varón; porque así como la mujer procede del varón, también el varón nace de la mujer, pero todo procede de Dios -Corintios, XI, 7-9, 11-12
  • Como señala Adeline Rucquoi en su obra[1] esta confusión se acentúa aún más en los Padres de la Iglesia que terminan como S. Agustín admitiendo que aunque hombre y mujer han sido renovados por la gracia divina .Pero en el orden natural requiere que la mujer sirva al hombre, ya que es justicia que el más débil sirva al mas fuerte»Quaestiones in Heptateuchum, q 153

para concluir diciendo en relación con el papel del marido o dueño y amo – dominus-, que la mujer es la sirvienta -ancilla – ya que:

  •  así como en el alma humana hay una parte que manda por la reflexión y otra que se somete y obedece, del mismo modo la mujer fue creada físicamente para el hombre; sin duda tiene una mente y una inteligencia razonable semejantes a las del varón, pero su sexo la coloca bajo la dependencia del sexo masculino -Confesiones, XIII, 32 -.

Aun cuando podría aducirse que esta podría ser teoría exclusiva del horizonte cultural transpirenaico, el problema se comparte en cuanto analizamos los escritos de S. Isidoro de Sevilla que sin lugar a dudas es uno de los referentes mas importantes de la cultura cristiana en la Hispania Medieval, refiriéndose en sus Etimologías a Eva dice:

  • Eva puede interpretarse como «vida», «calamidad» o «ay de ti». «Vida» porque fue el origen del nacer; «calamidad» o «ay de tí» porque por su prevaricación es la causa de la muerte. su nombre «calamidad» lo tomó derivado de «caer«.

Igualmente sostiene el santo sevillano en sus Etimologías, que:

  • El nombre del varón (vir) se explica porque en él hay mayor fuerza (vis) que en la mujer; de aquí deriva también el nombre de la virtud, o tal vez porque obliga a la mujer por fuerza. La mujer –mulier– deriva su denominación de mollities, dulzura, como si dijéramos mollier…… la diferencia entre el hombre y la mujer radica en la fuerza y en la debilidad de su cuerpo. es mayor en el varón y menor en la mujer la fuerza.

Hay, siguiendo a Adeline Ruquoi, una resultante de miedo a la mujer, desembocante en una clara consecuencia de inferioridad jurídica respecto al varón, ya que el derecho civil en esta época está siempre supeditado al canónico. Así, y centrándonos en nuestra propia realidad hispana, será posible leer en Las Partidas las condiciones que ha de reunir la mujer que hay de casarse con el rey, sin duda arquetipo de lo que en esta época se considera como el máximo de la calidad femenina[2]

Una atenta lectura de lo exigible a la primera dama del reino, dejará completamente claro, sin lugar a dudas, que lo que se requiere es, ni mas ni menos, que un buén pedigrí, por ello no debe extrañarnos la calidad de res que se le atribuye a la mujer cuando en la Ley IIa. del título XIV de la Partida IV se establece Quién puede haber barragana, et en que manera, señalándose que:

  • Comunalmientre, segunt las leyes seglares mandan, todo home que non fuese embargado de orden o de casamiento, puede haber barragana sin miedo de pena temporal, solamiente que no la haya vírgen, nin sea menor de doce años, nin tal vibda que viva honestamiente et que sea de buen testimonio.

Si tenemos en cuenta la vigencia de las Partidas como base del derecho en España, y lo dilatado de la vigencia de las mismas, tendremos una idea clara de cual era la posición que durante siglos ocupó la mujer en nuestro país desde una concepción o punto de vista cristiano.

 

La mujer hispano musulmana:

Se tiene, comúnmente, una idea de vida en reclusión forzosa en lo que respecta a la llevada por la mujer hispano musulmana, y aun cuando esto es en cierto modo verdad, no lo es menos, que la vida que llevaban judías y cristianas no era en absoluto diferente, ya que, como hemos dicho, existe un común denominador sobre la consideración de la mujer en las tres diferentes religiones de la Hispania Medieval

Merece la pena, traer aquí el retrato que el maestro Claudio Sánchez Albornoz traza de la mujer hispano musulmana, de la que dice:

  • De niña la mujer musulmana permanecía en el harén bajo la custodia de su madre y solo rara vez, cuando vivía en una gran ciudad, frecuentaba la escuela, mientras no era núbil. Al llegar a serlo, comenzaba su vida de apartamiento y de misterio. Su padre o su tutor la casaban con quien no conocía antes del casamiento. El matrimonio era un contrato puramente civil y si, casada era persona sui juris, sus casi teóricos derechos no le compensaban de la tortura de compartir el amor y la fortuna del marido con las otras mujeres legítimas que la ley coránica le autorizaba a mantener.
  •  El divorcio estaba regulado en favor del esposo. Este, si su riqueza se lo permitía podía poseer el número de esclavas que gustase. Eran ellas compradas y vendidas libremente en los tristes mercados de seres humanos. Objetos de placer para sus amos, califas o magnates, alegraban sus orgías o sus fiestas; algunas lograban encender sus pasiones y adueñarse de sus corazones y de sus bolsas, y hasta, en ocasiones, llegaban a influir en la vida política a través de sus señores. A las veces el amor o el deseo movían a las mujeres musulmanas a burlarse de las rigideces de la ley y, con la ayuda de las celestinas de la ciudad, se entregaban en brazos de rendidos amadores. Los poetas cantaron a sus amantes o a las favoritas de los príncipes………..Algunas islamitas se ganaban la vida copiando coranes y libros de versos -consta que en el arrabal oriental de Córdoba había en época califal 170 mujeres copistas; otras, excepcionales, llegaron a adquirir la cultura necesaria para profesar la enseñanza, la medicina o el derecho o para ser secretarias o bibliotecarias y no faltaron, claro está, algunas poetisas [3]

El juicio mas crítico que puede encontrarse hacia la mujer hispano musulmana, es quizás el que expresa Ben Hazm, el cual tras asegurar que se había criado entre mujeres y haber concebido gran antipatía y pésima opinión sobre las mujeres, señala:

  • El espíritu de las mujeres está vacío de toda idea que no sea la de la unión sexual y de sus motivos determinantes, la de la galantería erótica y sus causas, la del amor en sus varias formas. De ninguna otra cosa se preocupan, ni para otra cosa han sido creadas.

mas adelante y tras asegurar que siempre estuvo enterado de los secretos y de las confidencias de mujeres que acudían a él para contárselos o para consultarle, dice:

  •  …si no fuera porque se trata de cosas feas que Dios prohibe poner al descubierto, referir podría, en verdad, tales maravillas de la sagacidad y artes aviesas que para el mal poseen las mujeres, que dejarían atónito al mas avisado.[4]

No deben inducirnos a error estas citas de Ben Hazm (994-1023) que para muchos es el autor del amor romántico que establece un sentimiento de platonismo en la literatura hispano musulmana absolutamente diferente de las torpes imágenes orientales del placer sensual, y que Dozy pretende justificar por el origen hispano de Ben Hazm, descrito por Albornoz en lo que se refiere a su obra, como un poético erotismo que constituye un islote brevísimo en medio del océano de la torpe sensualidad arábiga, para asegurar que:

  • Ben Hazm fue español hasta el cogollo del alma y la mujer ha alcanzado desde siempre una posición peculiar de señorío frente al hombre –; siendo la escuela de ban Hazm la que tras triunfar en Al-Andalus, pasa los Pirineos y engendra en Provenza el amor caballeresco, que no es posible enlazar con la teorías amorosas de Platón ni con los puros ideales cristianos. La sensibilidad exquisita y enfermiza de un español de excepción habría tal vez quintaesenciado, hasta trocarla en forma literaria, remotísimas concepciones hispanas de la relación amorosa entre hombres y mujeres.» (Sánchez Albornoz- ob. cit.).

Es importante que conservemos esta idea de la concepción de amor romántico de Ben Hazm, para poder entender la situación nuclear de la mujer española en distintos periodos históricos posteriores.

Averroes (+1.198), en una visión mucho mas realista y evidentemente muy progresista para su época, propia de un filósofo, se lamentará diciendo:

  • Nuestro estado social no deja ver lo que de sí pueden dar las mujeres. Parecen destinadas exclusivamente a dar a luz y amamantar a los hijos, y ese estado de servidumbre ha destruido en ellas la facultad de las grandes cosas. He aquí por qué no se ve entre nosotros mujer alguna dotada de virtudes morales: su vida trascurre como la de las plantas, al cuidado de sus propios maridos. De aquí proviene la miseria que devora nuestras ciudades porque el número de mujeres es doble que el hombres y no pueden procurarse lo necesario para vivir por medio del trabajo.[5]

 

La mujer hispanojudía:

La situación de la población judía en la España de la tres culturas viene a representar una posición de síntesis entre lo cristiano y lo musulmán, algo así como la que representa la filosofía de Maimónides, entre Averroes y Santo Tomás. En cualquier caso, no es difícil imaginar la posición de la mujer judía tanto en su propia sociedad como en el contexto general hispano; es fácil seguir su pista en la literatura medieval española donde las alusiones a la cultura judía son constantes, bien de forma directa, o velada como en el caso de La Celestina donde se describe con gran exactitud el ambiente familiar judío.

Hemos de señalar, que es quizás en la sociedad judía donde la mujer debió adquirir una mayor notoriedad y, desde luego un mayor peso específico en la unidad familiar; no se comprendería de otra manera la capacidad de supervivencia en medio de dos culturas antagónicas, en frecuente lucha, conviviendo con ambas, dentro de las dos, y alcanzando en cada caso posiciones de confianza y relieve.

El papel de puente cultural entre lo cristiano y lo musulmán que lo sefardí representa, no puede entenderse sin el de guarda y custodia de la casa y de las tradiciones que sin duda desempeñó la mujer judeo-hispana; rol que todavía es posible reconocer en las áreas donde la cultura judía estuvo más presente y que, probablemente, representa el legado más importante y la impronta más sobresaliente de lo judío a la cultura y a la personalidad de la mujer española hasta nuestros días.

 

MUJER Y CULTURA FISICA EN ESPAÑA

 Hecha esta introducción, hemos de convenir, que con todo, el problema de la educación de la mujer y el respeto a sus derechos flaquea, evidentemente, del lado cristiano; frente a los derechos reconocidos por la sociedad judía a la mujer desde milenios y que encontramos fácilmente en la Biblia donde desde papeles importantes, en la política y en la propia transmisión de los derechos, hasta la presencia de heroínas son reconocidos y celebrados; como la preocupación averroísta de la necesidad de que la mujer musulmana encuentre un puesto en la sociedad, que sea capaz de procurarse el sustento y con ello la independencia personal, nos sitúan, en una visión avanzada del problema que, desafortunadamente, acaba resolviéndose desde el lado cristiano y en el concepto de mujer con buen pedigrí que definen Las Partidas o, lo que es lo mismo, el concepto de mujer que ya era común a la filosofía cristiano medieval en toda Europa.

Con todo, bueno será no perder de vista el contexto multicultural de la mujer española, si queremos llegar a entender las razones del fracaso del discurso feminista de importación en el seno de la sociedad española contemporánea. Desde la necesidad de un tratamiento pedagógico que reclama la Dra. Clara López en relación con un planteamiento de la educación física de la mujer que contribuya a desterrar viejas ideas o vicios, hagamos una breve reseña de contenido histórico aplicado, sobre lo que ha sido la evolución ideológica mujer-educación física en España.

No es cierto que la sociedad española haya descuidado la educación física o corporal de la mujer, la primera alusión a su educación física y a las actividades que deberían realizar se encuentra en la introducción del Libro del Açedrex, donde tras una magnifica división e ilustración de los tipos de juegos y actividades existentes en la época, termina adecuando al açedrex como indicado para la mujer en función del tipo de vida que llevan cuando dice:

  •  …pero por que estos iuegos que se fazen seyendo, son cutianos e se fazen tambien de noche como de dia, e porque las mugieres que non caualgan e estan encerradas an a usar desto e otrossi los omnes que son uieios e flacos, o los que han sabor de auer sus plazeres apartadamientre por que non reciban en ellos enoio nin pesar, o los que son en poder ageno assi como en prision o en catiuerio o que uan sobre mar, e comunalmientre todos aquellos que han fuerte tiempo, porque non pueden caualgar nin iy a caça ni a otra parte, e han por fuerça de fincar / en las casas e buscar algunas maneras de iuegos con que hayan plazer e se conorten e no esten baldios.[6]

Queda clara en este caso la situación de la mujer, similar a la de ancianos, presos o marineros y equivalente a ellos en las posibilidades de realización de actividades físicas. No hemos, sin embargo, entender que la mujer, o toda mujer española se conformó con los juegos de tablero y con la visión de apartado recato que se describe desde la obra del rey castellano, recordemos aquí las distintas visiones que se tienen de la mujer desde las serranas bravas del Arcipreste de Hita, a las mas bucólicas y melifluas del Marqués de Santillana, o las diferentes visiones que sobre la estética corporal aporta todo el arte español en un auténtico alarde descriptivo, digno de mejor estudio.

Situándonos en la España Contemporánea, el siglo XIX saluda la preocupación por la educación física, o la gimnástica higiénica como timbre de progresismo y modernidad, a estas alturas, la configuración de una idea de la mujer española en nuestra sociedad está no solo consolidada sino que aparece como un sólido valor indiscutible en línea con los postulados de la Iglesia Católica, así los fusionistas sagastinos, defensores de la implantación de la gimnástica defenderán su utilidad en lo que respecta a la mujer diciendo :

  • Y si es necesaria al sexo feo o guerrero no lo es menos al bello sexo, ya por las mejores proporciones y las mas regulares formas que puede alcanzar su cuerpo en la época del desarrollo, ya por las funciones a que la llama la naturaleza misma. Además la fisiología demuestra la parte que corresponde a la madre en las nuevas generaciones, de modo que inútilmente tendréis hombres robustos si las mujeres no lo fueron también.[7]

Mucho más técnicos se muestran los autores de la Cartilla Gimnástica Infantil publicada durante la Dictadura de Primo de Rivera, cuando tras defender que no debe haber diferencias esenciales entre los ejercicios al aplicarlos a uno u otro sexo, matizan:

  •  Únicamente indicaremos, como observación general la conveniencia de disminuir en las lecciones de gimnasia para las niñas la intensidad de los ejercicios de suspensión y dedicar una atención especial y constante a aquellos otros como los abdominales, laterales, etc. que dirigen su acción al cinturón muscular que, debidamente tonificado, será el corsé natural que sustituya al corsé artificial, de formas inverosímiles, perjudiciales generalmente, sustitución beneficiosa en alto grado para las funciones que la naturaleza reserva a la mujer.[8]

En época mas reciente, José Luis García Prieto que escribe sobre la dimensión social del Deporte en una obra publicada por el C.O.E. en Madrid en 1966, diciendo:

  • La mujer piensa, y con ella muchos educadores, que si el deporte contribuye a educar al hombre también puede hacerlo en su caso. El problema radicará en dosificarlo y metodizarlo para que no se masculinicen…………Las diferencias entre el hombre y la mujer aconsejan unas orientaciones métodos y planes distintos en el deporte. El hombre tiene mas fuerza que la mujer. Ella, en cambio, le aventaja en irritabilidad, afectividad, sensibilidad y emotividad. Las diferencias psíquicas y espirituales acentúan las corporales……….

 Tras una nueva insistencia en el tema de la maternidad en su doble condición de espiritual y física, dice:

  •  La coeducación de los sexos, en los deportes, es rechazable. Aquí, como en otras manifestaciones de la vida. Virilidad y feminidad necesitan un régimen distinto para que adquieran su perfecto florecimiento –Stanley Hall-. Esa distinción entre uno y otro sexo debe traducirse, si no siempre en unos deportes distintos, si reglamentariamente diferentes.

El autor refuerza su argumento recurriendo a la doctrina de la Iglesia en este sentido, y dice citando a Pio XII :

  • ¿Es que no ven el daño causado por los excesos de ciertos ejercicios de gimnasia y de deporte que no convienen a jóvenes virtuosas?  La exhibición, competición en igualdad con el sexo opuesto, publicidad, etc., no es deporte, sino degeneración de este, que solo repulsa merece por atacar la modestia, la elegancia y la gracia femenina; como también es acreedor a la condena el sentimiento de gazmoñería, el falso pudor que es el «respeto humano», el «que dirán», etc. que inhibe y coarta la iniciativa y el sano deseo de jugar y hacer deporte. La norma inequívoca de conducta está en el sistema que conduzca a Dios a través de cuerpo-espíritu-gracia.[9]

Tras este último párrafo, resulta obvio, cuan poco se había avanzado desde la vieja consideración de S. Isidoro sobre la mujer y su misión en la vida, en este caso especificada en su posición respecto a las actividades deportivas. No es privativa de la Iglesia esta visión desafortunada, Coubertín se opuso tenazmente a la participación de la mujer en los Juegos Olímpicos, defendiendo el caracter eminentemente masculino de los mismos desde la antiguedad.

He defendido la diferencia de la mujer española respecto de la mujer transpirenaica, centroeuropea o sajona, en la misma manera que defiendo la inaplicabilidad del discurso feminista en nuestra sociedad donde la posición de la mujer no ha sido nunca ni cultural, ni socialmente comparable a la de los países de nuestro entorno; la traducción, tal cual, de este discurso y su aplicación en nuestra sociedad produce cuando no asombro, al menos una buena dosis de escepticismo; la sola mención del mantenimiento de su identidad personal y no la del marido con el casamiento causa extrañeza en los propios ambientes feministas europeos, donde la posición nuclear de la mujer española en su familia causa extrañeza y, en algunos casos, incredulidad.

Tampoco puede hacerse un tratamiento igualitario del tema para todo el país, la posición de la mujer en las comunidades de cristianos viejos es ciertamente desventajosa respecto a aquellas otras en las que el substrato cultural es judeomusulman, en este sentido, instituciones como el hereu de Catalunya, o las sociedades gastronómicas -solo para hombres- de Euzkadi no solo serían inaceptables, sino abiertamente imposibles en comunidades donde el papel de la mujer en la familia es ciertamente nuclear.

La igualitaridad producida por los medios de comunicación de masas ha servido, en nuestra época, para romper las ataduras de carácter cultural que mantenían a la mujer en una situación de desventaja respecto al varón en las actividades físicas; los esfuerzos coeducativos de las dos últimas décadas han contribuido, sin duda, a producir, probablemente, la primera generación de mujeres libres y sin ataduras mentales de nuestro país. La traducción a la vida de la actividad física y el deporte es patente, no solo hay una incorporación ciertamente notable de las mujeres a las actividades físicas, sino que, dentro del concierto deportivo mundial están prácticamente a nivel de los demás países de nuestro entorno; de hecho las mayores esperanzas de nuestro país de cara a los Juegos Olímpicos de Barcelona, llevan nombres de mujer, en tanto que a los hombres les queda un largo camino para alcanzar esa cota de igualdad.

No significa esto que hayamos alcanzado las cotas de participación e integración fenemina deseadas en nuestra sociedad; el substrato cultural antes aludido sigue pesando y existiendo, hemos de reclamar el tratamiento diferenciado en la educación que propone Clara López en su trabajo:…diferentes soluciones educativas a diferentes necesidades; propondremos actividades que tiendan a compensar e integrar en procesos de aprendizaje conjunto a alumnas y alumnos, asi como situaciones que contribuyan a desmontar los prejuicios existentes.

BIBLIOGRAFIA.

[1]Adeline Rucquoi – La mujer medieval – Cuadernos de Historia 16 nº 262 – Madrid 1985

[2]…………et por ende el rey debe catar que aquella con quien casare haya en si quatro cosas; la primera que venga de buen linage, la segunda que sea fermosa, la tercera que sea bien costumbrada, la quarta que sea rica; ca en cuanto ella de mejor linage fuere, tanto será él mas honrado por ende, et los fijos que della hobiere seran mas nobles et mas en caro tenudos: otrosi quanto mas fermosa fuere,tanto mas la amará, et los fijos que della hobiere serán mas fermosos et mas apuestos, lo que conviene mucho á los fijos de los reyes que sean tales que parezcan bien entre los otros homes: et quanto de mejores costumbres fuere, tanto mayores placeres recibirá della, et sabrá mejor guardar la honra de su marido et la suya: otro si quanto mas rica fuere, tanto mayor pro verná ende al rey, et al linage que della hobiere, et aun á la tierra do fuere… Partida I Título VI ley I – Quáles cosas debe el rey catar en su casamiento. Alfonso X – ANTOLOGIA – Ed. Orbis – Barcelona 1.983

[3] CLAUDIO SANCHEZ ALBORNOZ – La España Musulmana Tomo I – Madrid. Espasa Calpe S.A. 1973.

[4]Del TAUQ o Libro del amor y del AJLA o Libro de los caracteres y la conducta que trata de la medicina del alma de BEN HAZM, según la versión de Asin (Abenhazam de Córdoba, 39, 40, 222 y 223) tomado de CLAUDIO SANCHEZ ALBORNOZ – La España Musulmana Tomo I – Madrid. Espasa Calpe S.A. 1.973.

[5]AVERROES – Trad. de Ribera Disertaciones y opúsculos, I, 348. tomado de CLAUDIO SANCHEZ ALBORNOZ – La España Musulmana Tomo I – Madrid. Espasa Calpe S.A. 1.973.

[6]ALFONSO X: Libro del Açedrex, dados e tablas. En ALFONSO X – ANTOLOGIA – Barcelona. Ed. Orbis – 1983

[7] Del Discurso de D. Manuel Becerra al Congreso de los Diputados en defensa de la creación de la Escuela Central de Gimnástica Higiénica el 31 de Octubre de 1.881 – Madrid. COPLEF Serie Divulgación nº 2 -1979.

[8]CARTILLA GIMNASTICA INFANTIL – Publicaciones del Directorio Militar- Ministerio de la Guerra- Escuela Central de Gimnasia. Succ. de Rivadeneyra S.A. – Madrid. (sin fecha)

[9]GARCÍA, J.L.: Dimensión social del deporte. Madrid. Publicaciones del C.O.E. – 1966

 

2 comentarios sobre “EDUCACION NO SEXISTA EN EDUCACION FISICA – UN DEBATE PERMANENTE DESDE EL MEDIEVO AL SIGLO XXI

  1. Fue una buena manera iniciar viendo la perspectiva de las diferentes religiones el trato hacia las mujeres, a pesar de que el mundo ha evolucionado todavia se persiste la desigualdad que hay hacia las mujeres en la cultura fisica, pero creo que a medida el mundo evolucine se perdera ese paradigma y habra derecho de ingualdad en la cultura fisica

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