COVID19 CORONAVIRUS. EL DEPORTE VUELVE AL PATIO DEL COLEGIO Y A LA CASILLA DE SALIDA.

MANUEL VIZUETE CARRIZOSA

Maestro de Enseñanza Primaria – Licenciado en Educación Física – Licenciado en Geografía e Historia – Doctor en Historia Contemporánea. Catedrático de Universidad. Líneas de Investigación: Didáctica de la Educación Física. Producción Materiales Didácticos para la Educación Física Escolar. Historia y Filosofía del Deporte y de la Educación Física. Formación del Profesorado de Educación Física. Fundador de La European Union Physical Education Associations (EUPEA) Comité de Expertos del Consejo de Europa (EF, Deporte Escolar y Deporte para Jóvenes) Coordinador del Foro Hispanomexicano.

COVID19  CORONAVIRUS.  EL DEPORTE VUELVE AL PATIO DEL COLEGIO Y A LA CASILLA DE SALIDA.

Y desnudándose con toda priesa los calzones, quedó en carnes y en pañales, y luego, sin más ni más, dio dos zapatetas en el aire y dos tumbas la cabeza abajo y los pies en alto, descubriendo cosas que, por no verlas otra vez, volvió Sancho la rienda a Rocinante, y se dio por contento y satisfecho de que podía jurar que su amo quedaba loco.

El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha.

Miguel de Cervantes Saavedra

Las actividades físicas, de una u otra forma, han representado a lo largo de la historia de la humanidad distintas formas de conocerse, relacionarse, unirse a la divinidad o vivir del ejercicio y de las propias capacidades físicas.

Las nuevas tecnologías, nos han familiarizado con la acción de volver al punto de partida con la adopción del verbo inglés to reset, concediéndole carta de residente español, rebautizándolo como resetear, y poniéndolo en práctica cuando el soporte digital o el programa no funcionan. Dicho esto, y ante el parón que la pandemia ha supuesto en las actividades físicas y en los deportes, se hace precisa la necesidad de establecer una epistemología que facilite el reconocimiento de ese punto de partida y, deberíamos establecer que si, efectivamente, el empleo del movimiento como medio de educación es lo que define y distingue a la educación física y a un deporte supuestamente educativo, el objeto de una epistemología de la educación física y del deporte ha de ser la teoría del conocimiento científico que investiga la rectitud de los métodos y procedimientos que producen u originan ese movimiento pretendidamente educativo tanto escolar como social.

Considerando al hecho deportivo como el fenómeno más común y generalizado de las actividades físicas. Tomando la anterior definición, el deporte aparecería en una primera apreciación teórica, como el método de la educación física que trata de educar al individuo mediante el empleo del movimiento y de la actividad física reglamentada y organizada; esta es su esencia en la idea original; sin embargo, lo que a la larga realmente lo define es su carga ideológica, o mejor dicho, su capacidad de asumir y proyectar ideologías y, la posibilidad de su empleo para transmitirlas dada su condición de fenómeno de masas.

La propuesta educativa original de Thomas Arnold[1] incorporaba al viejo sistema de enseñar deleitando, mediante la acción catártica producida por el ejercicio físico y la confrontación reglamentada, la posibilidad de introducir pautas concretas de comportamiento y una jerarquía de valores morales, religiosos y sociales contemplados y entendidos desde la moral y la ética cristiana que fueron definidos en su origen como altruismo.[2] Estas son, en primera instancia, las notas distintivas del método de educación física conocido como deporte.

El nacimiento del deporte como un medio de educación, asentado en los valores y tradiciones religiosas de la iglesia protestante británica, marcará decisivamente la naturaleza de esta actividad, tanto en lo que se refiere a su propia esencia como en la forma de entender su dinámica. La competencia entre equipos, la presencia de un juez o árbitro, la existencia del reglamento, la presencia de las sanciones, la valoración de los triunfos y el pretendido efecto educativo y aleccionador de las derrotas, determinarán, de forma decisiva, la rápida extensión de estas actividades, como medio de educación social, por todo el mundo.

Este hecho, que se relaciona de forma directa con la auto identificación de los colectivos sociales y con la propia dinámica de la actividad deportiva generará, a lo largo de los siglos XIX y XX, el nacimiento y el desarrollo de una cultura deportiva que crece formando parte de la identidad y del patrimonio de las propias sociedades.

Esta acción se llevará a cabo de forma natural y pacífica, en algunos momentos, pero en la mayor parte de las ocasiones lo será de forma intencionada y formando parte de acciones políticas concretas.

La cuestión clave está, en cómo se entiende  el deporte en su origen educativo, y en  su plasticidad o capacidad de imposición como cultura invasora, en su extensión y evolución, en las distintas sociedades a las que va llegando la bota del Imperio Británico, superponiéndose a otras culturas de juego y de movimiento, dependiendo de los tiempos y de los acontecimientos históricos.

Desde esta realidad inicial, el deporte ha de ser entendido desde dos puntos de vista ab intus, desde dentro, fundamentalmente los países de cultura sajona de ética mayoritariamente  protestante, o de foris, desde fuera, sustancialmente las culturas no sajonas que acceden al deporte no desde la práctica educativo social, sino por la vía del ocio o del espectáculo.

La mercantilización y comercialización del deporte, desde casi los primeros tiempos, ha generado una enorme espiral económica, de dimensiones mundiales e inabarcables, en cuya línea de flotación, ha impactado el torpedo de la pandemia del covid19.

Las situaciones de encierro domiciliario generadas, como prevención y profilaxis del contagio, han puesto de manifiesto dos situaciones: primero que la gran mayoría ciudadana  tiene una necesidad acuciante de ejercicio físico, a la carta, para el que carece de conocimientos suficientes, pese a haber tenido durante toda su trayectoria escolar una asignatura llamada educación física, sobre la que volveremos en su momento; y en segundo lugar, que el deporte espectáculo es un bien de consumo poliédrico en sus formas y repercusiones.  Analizaremos, por tanto, las consecuencias que el covid19 coronavirus ha generado y puesto de manifiesto en el deporte espectáculo y profesional, así como las consecuencias socio económicas que comporta.

Ejecutando esa acción de reseteo, aludida anteriormente, regresan los sonidos de patio de colegio con olor a infancia y goma de borrar, al que al restallar de los golpes al balón, se sumaban los gritos de: ¡Dame! ¡Mía! ¡Toma! Pasa! ¡Centra! Y especialmente el auto arbitraje, excelente escuela de valores éticos y de democracia. El ansiado regreso de la liga de fútbol a puerta cerrada, viene a corroborar estas apreciaciones.

El deporte espectáculo se asienta en tres pilares: El encuentro entre equipos, el público y los medios de comunicación; la conjunción de estos tres factores genera:  Espectáculo atractivo al incluir el factor de incertidumbre en el resultado de las acciones de juego; espiral económica multifácética e incontrolable, que va desde los tickets de acceso a la instalación deportiva, a los bares y peñas deportivas, pasando por los derechos de televisión, imagen y merchandising; el tercer punto de apoyo lo representan, la proyección social y la proyección política,  que explicaría, el estado de ansiedad social y la angustia política, no solo por la pandemia económica que supone, sino por optimum medicamentum quies est panen et circenses en un momento de gran crisis económica y de tensión social.

El equilibrio que posibilita este complejo desarrollo, ha demostrado ser más débil de lo que se creía; cualquier problema de uno de los factores, afecta severamente a la totalidad de complejo, como verificamos a continuación.

La eliminación de la posibilidad de asistir al espectáculo in vivo, provoca, de inmediato, la caída en picado del mismo y de los diferentes niveles de proyección social y política que generan; ciertamente, se mantiene la inercia de la proyección económica que, paulatinamente, comenzará a declinar con el empobrecimiento del espectáculo y de su proyección.

Obviamente, es presumible, que la espiral económica sea capaz de aguantar el tirón, durante un tiempo prudencial, sin resentirse de forma fatal, si bien, igualmente, es imaginable que habrán de introducirse reformas significativas, tanto en el control del gasto, como en el reparto de los beneficios y, desde luego en lo económico, las cuentas del deporte profesional y asimilados, deberán de ir dejando de ser Las Cuentas del Gran Capitán, especialmente a efectos fiscales.

Uno de los grandes escollos, en este sentido, viene representado por la presencia del público y lo complejo de su acceso a los estadios e instalaciones deportivas; ciertamente, se trata de un cliente sufrido, aunque protestón, olvidadizo y de amplias tragaderas, auto justificadas por la afición, la fidelidad a los colores, y la sensación de pertenencia e identidad cultural, el més que un club, manque pierda, o ser sufridor, alcanzan ahora su máximo valor, pero también su mayor grado de probatura y testimonio de fidelidad.

El regreso del público a los campos de juego, cuando se produzca, con restricciones  de espacio, de ambulación y aplicación de estrictas normas sanitarias, generarán en los asistentes  sensaciones de vacío, aislamiento y soledad, con una notable pérdida del atractivo del valor social y relacional aportada por la asistencia gregaria tradicional, a los eventos deportivos multitudinarios. No es difícil imaginar al espectador o aficionado habitual con su camiseta, su banderita y su bufanda, en medio de la nada ocasionada por la reglamentaria distancia social, con sus gritos de aliento, decepción o júbilo, amortizados por la sordina de la imprescindible y obligatoria mascarilla o tapaboca. El bocadillo del descanso, en solitario y sin bebida ni comentarios que compartir, también será más difícil de tragar. No hablemos ya, de la sensación de aburrimiento del espectador en aquellos encuentros insustanciales, sin lances de interés, que en las circunstancias anteriores ya eran abiertamente insufribles.

Otra de las alternativas habituales para presenciar los encuentros son los bares y locales sociales de clubes o peñas deportivas, a las que los aficionados concurren, bien  porque no encuentran la posibilidad de acceso al campo, existe distancia insalvable, o se ha elegido ver los encuentros en sociedad afín, rodeados de partidarios y con posibilidad de consumir bebidas y alimentos.  En este caso, tendríamos los mismos problemas sociosanitarios anteriores agravados por la pérdida de rituales sociales o familiares y de la camaradería, lo que inevitablemente nos lleva al decaimiento de la afición y del componente social, y a la revalorización del consecuente refugio domiciliario como lugar confortable para ver los encuentros.

Se tiene por cierto, que el despegue del deporte como medio de proyección sociocultural y económico, se produjo el día que en que un jugador de rugby, negoció llevar el anuncio de un pub local en su camiseta a cambio de pintas de cerveza;  a partir de entonces y sin solución de continuidad, la publicidad primero, y la llegada de la televisión posteriormente, han generado un fenómeno de masas de enorme proyección política, social, cultural y mediática.

La proyección mediática es, por tanto, el tercer pilar sobre el que se sustenta el deporte; el covid19 y los cambios sociales y conductuales que ha  generado y que son insoslayables, determinarán, si bien a medio plazo, profundos cambios en cuanto a la importancia y la proyección pública, que actuarán sobre las fuentes de ingresos del deporte, las industrias que sostiene y la política desarrollada por los que conocemos como barones del deporte. Menos público significa menor proyección publicitaria y  decaimiento de esta fuente de ingresos, y los derechos de imagen seguirán el mismo camino. La obligada reducción de espacios empobrecerá el espectáculo, no tiene sentido abrir un estadio para miles de espectadores, con el gasto que genera, para que esté tristemente vacío y la soledad actuando como factor negativo sobre el equipo.

Ciertamente, queda el espectáculo televisado con los problemas que se plantean para las micro sociedades lúdico deportivas enunciadas anteriormente; forzosamente, también, la reducción al ámbito familiar del espectáculo en el que se ponen en valor las preferencias por uno u otro equipo, así como las familiares por el control del mando de la tv, que determinan el share televisivo y el valor de cada retrasmisión.

Resumiendo, la realidad insoslayable que nos ha llegado va a cambiar y condicionar las reglas del juego, incluidos los abultados emolumentos de los jugadores profesionales, los beneficios de las sociedades anónimas deportivas y de los barones  del deporte;  será preciso rediseñar el deporte a todos los niveles, desde el currículo de educación física al patio del colegio; y desde el equipo de barrio a los grandes clubes, y todo ello estará contrapesado por las enormes inercias anteriores y la omnipresencia del verso manriqueño del …  Cualquier tiempo pasado fue mejor.


[1] THOMAS ARNOLD (1795-1842), es conocido como el Padre del Deporte, clérigo protestante, introductor de grandes reformas en la enseñanza en Gran Bretaña, especialmente entre 1827 a 1842 en que ocupó el cargo de Headmaster del Rugby College. Se propuso reformar las costumbres de los estudiantes mediante el fomento en sus alumnos de la afición por los juegos reglamentados para desarrollar la iniciativa y la responsabilidad, recomendando además, la máxima lealtad en sus acciones definiéndolo como fair play. El método de Arnold, se extendió rápidamente por los Colegios y Universidades Inglesas como uno de los elementos decisivos de la educación integral, y posteriormente a través de la expansión comercial y política británica al resto de Europa y a los Estados Unidos de América.

[2][2] La palabra inglesa sport procede de la francesa antigua desport que en Francia en el siglo XIII significaba “diversión popular”, correspondiente al disporto italiano “diversión alegría, esparcimiento” a partir de 1.440 se usa en Inglaterra la forma abreviada sport con el significado de pleasant pastime, entertaintment or amusement, recreation, diversion (pasatiempo agradable, entretenimiento, distracción recreo, diversión); Durante el siglo XIX resucita en Inglatera el antiguo sentido deportivo en gran parte por los alumnos de las Public Schools organizando ejercicios deportivos, juegos y competiciones por iniciativa propia y creando reglas de competición y leyes tácitas de comportamiento caballeresco. WAGNER HUGO Etimología y concepto de Sport en Citivs – Altivs – Fortivs – Tomo XI-XII- Instituto Nacional de Educación Física -I.N.E.F.- Madrid 1969-1970.pp. 385 a 391.

3 comentarios sobre “COVID19 CORONAVIRUS. EL DEPORTE VUELVE AL PATIO DEL COLEGIO Y A LA CASILLA DE SALIDA.

  1. excelente articulo, una gran reflexión al giro que estamos viviendo, es tiempo de revalorar la epistemología de los inicios de la actividad física y el deporte en este reseteo que nos tiene inmóvil por esta enfermedad COVID y la falta cultural de vivir sanamente..
    felicidades! maestro Manuel V.

  2. El cambio positivo que ha llevado esta pandemia es volver a la esencia del deporte, con fines didácticos y educativos que unen a las familias en su hogar. No solo es espectáculo y economía, también lleva un impacto significativo en la sociedad para volver a trabajar en equipo, con más salud e unión

  3. El cambio positivo que ha llevado esta pandemia es volver a la esencia del deporte, con fines didácticos y educativos que unen a las familias en su hogar. No solo es espectáculo y economía, también lleva un impacto significativo en la sociedad para volver a trabajar en equipo, con más salud e unión

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