
MANUEL VIZUETE CARRIZOSA
Maestro de Enseñanza Primaria – Licenciado en Educación Física – Licenciado en Geografía e Historia – Doctor en Historia Contemporánea. Catedrático de Universidad. Líneas de Investigación: Didáctica de la Educación Física. Producción Materiales Didácticos para la Educación Física Escolar. Historia y Filosofía del Deporte y de la Educación Física. Formación del Profesorado de Educación Física. Fundador de La European Union Physical Education Associations (EUPEA) Comité de Expertos del Consejo de Europa (EF, Deporte Escolar y Deporte para Jóvenes) Coordinador del Foro Hispanomexicano.
BASES DE LA ATENCIÓN TEMPRANA. LA EDUCACIÓN DE LA ACTITUD CORPORAL
La actitud postural es la posición corporal que adoptamos para resolver el problema planteado por la situación de permanente desequilibrio, generado por la fuerza de la gravedad.
Son muchos los autores que a través de términos diferentes definen este concepto: equilibrio, actitud corporal, postura. etc., todos expresan la misma idea desde una terminología diferente. En un intento de clarificar estos conceptos delimitaremos los campos de actuación de estos términos, teniendo en cuenta que todos ellos, están íntimamente relacionados e integrados entre sí.
- Concepto de Actitud: La actitud designa una manera de estar el cuerpo. Evoca, sobre todo, componentes de tipo psicológico, por lo que refleja una manera de estar y de sentir. La actitud manifiesta un comportamiento mental o afectivo, que puede ser considerado como una forma de lenguaje.
- Concepto de Postura: La postura se refiere especialmente a la posición relativa adoptada por las diferentes partes del cuerpo, animada por la musculatura esquelética, cuya actividad se opone a la acción de la gravedad. Equivale a decir equilibrio.
- Concepto de actitud postural: De las definiciones anteriores se deriva que la actitud postural corresponde a una forma de equilibrio personal, ya sea fugaz o permanente, que podemos apreciar en función de referencias espacio-temporales, que son propias y diferentes en cada individuo.
- Concepto de equilibrio: Es el mantenimiento o recuperación del control postural mientras se realiza una actividad que altera el tono muscular de los diferentes segmentos o partes del cuerpo. Por la importancia que el equilibrio tiene en el ámbito de la Educación Física, más adelante le dedicaremos un tema específico.
La actitud postural tiene su base, o como diría Castañer y Camerino[1] su “telón de fondo, sustentando la coreografía del cuerpo en el tono muscular”.
Teniendo en cuenta la importancia que para los conceptos abordados con anterioridad tiene el tono, le dedicaremos el siguiente apartado
El tono muscular
Denominamos tono al grado de tensión permanente, a nivel muscular, que se manifiesta tanto en situación de reposo como en situaciones de movimiento, perceptible mediante la palpación del músculo, en el sentido de mayor o menor firmeza, y que no debe ser nunca confundida con la contracción muscular.
Para M. Castañer y O. Camerino[2], el tono es condición previa a la acción y clasifican diferentes tipo de tono:
- Tono muscular de base: es el estado de contracción mínima que presenta un músculo en reposo, se puede modificar en función de diversas situaciones, como la fatiga, la relajación, la nutrición, edad…
- Tono postural: Es el estado de preacción a los distintos movimientos que luchan contra las fuerzas de la gravedad.
- Tono de acción: Es el que está presente en la actividad muscular durante la acción, éste se encuentra vinculado a la fuerza muscular. Su grado de activación varía en función de las fuerzas que se han de vencer. Para Pastor Pradillo[3] las sensaciones propioceptivas que provoca el tono son elementos indispensables para la adquisición de la conciencia de nuestro cuerpo. Realiza una clasificación del tono en función de su utilidad, del momento en el que se manifiesta y que él estructura de la siguiente manera:
- Tono de reposo: Es el estado de tensión permanente que existe en un músculo cualquiera y que permite la contracción muscular. Es la actividad mínima de las células musculares y nerviosas que las inervan y serviría para mantener en su lugar los segmentos corporales de manera coherente a la estructura articular en la que se integran.
- Tono de actitud: Mediante el cual se organiza y ejecuta toda posibilidad postural sea cual fuere, posteriormente, la solución de continuidad que se adopte en la conducta y en función de su utilidad como nexo entre los ámbitos psíquicos, afectivo y somático frente a la definición de una relación adaptativa con el medio.
- Tono de acción: que acompaña a la actividad muscular y es indivisible de la fuerza muscular
Una buena actitud corporal implica una mejora en nuestra postura y necesariamente una buena capacidad de control tónico. Porque la tensión tónica prepara y sostiene todo movimiento. Por ello, la actitud postural es un componente imprescindible en cualquier acto motor. Para adquirir una buena postura es necesario que todos los segmentos de nuestro cuerpo estén equilibrados en la posición de menor esfuerzo y máximo sostén.
Factores que intervienen en la actitud corporal
La actitud postural es un acto inconsciente e involuntario, que puede ser controlado momentáneamente. Existen factores que influyen en nuestra forma peculiar de adoptar una postura, los más característicos son:
- La temperatura ambiente. Originando en nuestro cuerpo actitudes corporales de recogimiento, tensión. etc.
- La salud. Ante diferentes enfermedades nuestras posturas se manifiestan con abandono y poca fuerza.
- Los estados de ánimo. Ante la alegría, la tristeza… etc. nuestro cuerpo adquiere posturas diferentes.
- La edad. A medida que crecemos, vamos adquiriendo actitudes corporales, que van siendo habituales y que se incorporan a nuestra personal forma de actuar.
- La constitución corporal. Teniendo en cuenta nuestras características corporales nuestra actitud se manifestará de una forma o de otra.
- La actividad profesional. Indiscutiblemente el tipo de actividad profesional influirá en nuestros hábitos posturales.
La actitud postural, en cuanto a su aspecto comportamental o de equilibrio se apoya en el sistema neurológico que genera y mantiene la actividad tónica.El tono es el grado de tensión permanente, a nivel muscular, que se manifiesta tanto en situación de reposo como en situaciones de movimiento y que es perceptible mediante la palpación del músculo en el sentido de mayor o menor firmeza, y que no debe ser nunca confundido con la contracción muscular.
Una buena actitud corporal implica una mejora en nuestra postura y necesariamente una buena capacidad de control tónico, ya que, la tensión tónica es la que prepara y sostiene todo movimiento. Por ello, la actitud postural es un componente imprescindible en cualquier acto motor y que para adquirir una buena postura sea necesario que todos los segmentos de nuestro cuerpo estén perfectamente equilibrados en la posición de menor esfuerzo y de máximo sostén.
Evolución de la actitud
Entendemos por evolución de la actitud postural una conducta adaptativa que progresivamente va mejorando y que da como resultado el ajuste de las conductas motrices básicas: postura, equilibrio y coordinación. En ellas, el desarrollo de la tonicidad será la responsable de dar calidad a las múltiples respuestas.
En este sentido, entendemos que la evolución de la actitud postural depende del desarrollo tónico postural equilibrador y es por lo tanto el tono el que debe de ser motivo de estudio para una mejor comprensión de la actitud y la postura.
La maduración del tono muscular permitirá al niño adquirir determinadas posturas que según Conde, J.L y Viciana, V.[4] Pasarán por tres fases:
- Posturas de tendido supino-prono.
- Postura de sentado.
- Postura bípeda
La evolución de estas fases, es directamente proporcional al mayor tono muscular que los niños vayan adquiriendo.
En relación con la actividad tónica Jean le Boulch[5] expone que la actividad fundamental primitiva y permanente del músculo es la contracción tónica que forma la tela de fondo de las actividades motrices y posturales, que fijan la actitud, preparan el movimiento, sustentan el gesto, mantienen la estática y el equilibrio. Es evidente que ante las afirmaciones del Dr. Le Boulch, el tono muscular es imprescindible para todo tipo de acción motriz.
Pastor Pradillo,[6] por su parte, expone que en la evolución del tono hemos de considerar que el niño al nacer posee unas estructuras corticales ineficaces. Es a medida que evoluciona cuando va adquiriendo una madurez del córtex y, en consecuencia, un funcionamiento más eficaz, en el que el tono se va modificando. Según este autor, las reglas de la evolución normal del tono se podrían resumir en los siguientes aspectos:
- El niño al nacer es hipertónico en sus manifestaciones motrices puesto que todavía no es capaz de utilizar las estructuras inhibidoras.
- Posteriormente pasará a una actitud hipotónica.
- A partir de los 3 años la actitud hipotónica va disminuyendo progresivamente en la medida en el que tono de reposo aumenta.
A partir de las consideraciones expuestas por Pastor Pradillo, la evolución del tono seguirá el siguiente proceso:
- A los 6/7 años el tono está desarrollado y pueden aparecer las deformaciones típicas de la edad escolar.
- El tono de actitud se consolida hacia los 8/10 años. Hasta esta edad las posturas se mantienen por el ajuste de contracciones sucesivas de diferentes grupos musculares (agonistas o antagonistas) que intervienen en la ejecución.
- Cuando la maduración está conseguida, el mantenimiento se consigue mediante una contracción continua, simultánea y refleja.
- A los 10/12 años el tono aumenta su grado de tensión.
- En la pubertad, la modificación tónica se produce como efecto y resultado de las transformaciones hormonales. Estas transformaciones inducen una tendencia a la hipotonía que puede propiciar diversas deformaciones en la columna vertebral.
- Superada la pubertad el tono adopta el aspecto adulto definitivo imponiendo las transformaciones morfológicas musculares que determinan el aspecto propio del adulto.
La evolución del tono puede verse afectada por diferentes disarmonías cuando no aparecen las modificaciones tónicas previstas
Patologías posturales
Teniendo en cuenta los factores citados anteriormente, podemos decir que existen diferentes tipos de causas por los que se originan patologías posturales, entre las que destacamos:
- Patologías psicológicas
Existen posturas atípicas que sus orígenes son de orden psicológico y que afecta a nuestra personalidad y a nuestro estado emocional: el cansancio, la angustia, la depresión, sentimientos de inferioridad. Etc., puede generar una encorvadura en la parte superior de la espalda; en tanto que los sentimientos de confianza y seguridad, contribuyen a mantener la postura erecta.
- Patologías osteomusculares
Existen posturas atípicas que se adquieren por deficiencias originadas por:
- Las articulaciones. Cuando la movilidad es pobre o muy limitada.
- Los músculos. Cuando no existe equilibrio entre los músculos antagonistas y agonista.
- La carencia de fuerza en el sostén de la musculatura.
- Una mala distribución del peso del cuerpo.
- Un desplazamiento del centro de gravedad.
Tratamiento pedagógico de la actitud corporal
La educación de la postura consiste en ser capaz de pasar de la adopción de una actitud global a la conquista de una actitud habitual, cómoda y susceptible de ser mantenida, con un mínimo de fatiga y sin peligro de generar desequilibrios osteoarticulares. En relación con la educación de la actitud corporal, la estructuración del esquema corporal tiene en cuenta diferentes fases:
- Una fase de adopción de actitudes posturales globales, que pertenecen al plano de la ejecución. El niño se mantiene de pie, sentado….. etc. Esto corresponde a una “praxis” en el plano del movimiento.
- Una fase de toma de conciencia de las sensaciones corporales, que nos ofrece dos aspectos cuya educación debe de llevarse a cabo de forma simultanea Concienciación de las sensaciones relacionadas con una u otra parte del cuerpo, que recurre a la atención interiorizada y la educa a su vez. Concienciación del carácter global de cualquier actitud corporal.
- Una fase final que constituye la culminación de la educación del esquema corporal. Al finalizar esta educación, el alumno debe ser capaz de disponer de su cuerpo de forma libre y voluntaria para poder adoptar distintas posturas y mantenerlas permanentemente.
Orden a seguir en las tareas a desarrollar
En la educación de la actitud corporal es preciso tener en cuenta lo siguiente:
- La educación de sensaciones.
Ya que el sistema muscular no es más que un ejecutante fiel de impulsos motores puestos en marcha por los reflejos gravitatorios. La educación de las sensaciones pretende crear estructuras senso-motoras de la postura que debe dirigirse fundamentalmente a:
- Situación de la cabeza y de la zona cervical. Las tareas motrices deben tratar de: dejar la cabeza sin que participen los hombros y la espalda, transportar objetos con la cabeza,
- Situación de las vértebras dorsales. Movilidad y equilibrio óptimo. Las tareas motrices deben tratar de: buscar apoyos de la espalda con planos inclinados
- Situación de las vértebras lumbares y la pelvis.
- Sensaciones plantares. Se debe trabajar con los pies descalzos, coger arena, cuerdas… etc. con los dedos de los pies. Trepar… etc.
- El refuerzo de la musculatura
Evitando de esa manera la generación de patologías de la columna vertebral, mediante el fortalecimiento de los grupos musculares que intervienen en el mantenimiento de la postura, basado en ejercicios globales de lanzar, desplazarse, cargar… etc.
- La adquisición de una buena movilización articular
Es necesario incrementar la movilidad de nuestro cuerpo a través de las articulaciones. Con ello conseguiremos una mayor flexibilidad y la adquisición de posturas más cómodas y equilibradas.
PUBLICADO EN:
Los fundamentos teórico-didácticos de la educación física
- Autores: Purificación Villada Hurtado, Manuel Vizuete Carrizosa
- Editores: Madrid: Secretaría General Técnica, Subdirección General de Información y Publicaciones, 2002
- Año de publicación: 2002
- País: España
- Idioma: español
- ISBN: 84-369-3662-0
BIBLIOGRAFÍA
[1] CASTAÑER, M y CAMERINO, O. La Educación Física en la Enseñanza Primaria. Ed. Inde. Zaragoza, 1991.pp. 66
[2] CASTAÑER, M. Y CAMERINO, O. La Educación Física en la Enseñanza Primaria. Ed. Inde. Zaragoza 1991. pp. 67
[3] PASTOR PRADILLO, J.L. Bases Teóricas y metodológicas para la Educación Física en Primaria. Ed. Departamento de Educación. Universidad de Alcalá. 1993. pp. 152
[4] CONDE, J.L. y VICIANA, V.: Fundamento para el desarrollo de la motricidad en edades tempranas. Ed. Aljibe. Archidona (Málaga) 1997. pp. 56
[5] LE BOULCH, J.: Hacia una ciencia del movimiento humano. Ed. Paidós. Buenos Aires 1978. pp. 126
[6] PASTOR PRADILLO, J.L. Bases Teóricas y metodológicas para la Educación Física en Primaria. Ed. Departamento de Educación. Universidad de Alcalá. pp. 152
Mi nombre es Giovanni Andres Diaz, estudiante de la licenciatura en educación física recreación y deportes en Colombia, primero que toco felicitar a este blog por sus excelentes artículos, este en especial me gusto porque es un tema que para mi parecer es muy olvidado, nos enfocamos en realizar las diferentes actividades pero casi nunca miramos su actitud corporal, siendo un tema de vital importancia y que genera tantas patologías a medida que pasa el tiempo, muy interesante e informativo este articulo, muchas gracias.
En mi opinión la falta de cultura y educación en el control postural se ve reflejado en situaciones futuras con el desarrollo tanto físico como mental de las personas. Cabe destacar que está comprobado el impactante desarrollo de la postura con situaciones de respuestas neuromotoras. Lo que me lleva a cuestionarme si ¿El correcto desarrollo postural puede influir en el rendimiento deportivo en un atleta a futuro o este se corrige con el pasar del tiempo?
Excelente, un gran aporte a las primeras edades y como llevar los procesos psicomotriz